Como si de una novela de Agatha Christie se tratara, Angela Merkel se ha quedado sola. El 'tsunami' del 2016 ha sacudido con una fuerza descomunal medio mundo, agitando el tablero político con virulencia. La canciller alemana es la única superviviente de la foto que le hicieron hace apenas medio año junto a los mandamases de EEUU, Italia, Francia y Gran Bretaña en Hannover.

Los referéndums han puesto la guillotina al primero y último en caer.David Cameron se jugó a finales de junio la suerte del Reino Unido en un referéndum sobre el 'brexit' y perdió. Convocó la consulta que nadie le exigía y provocó una crisis política y económica de dimensiones colosales, provocando la salida de su país de la Unión Europea y con eso, alentó la eurofobia en el continente.

Una eurofobia que también se ha podido sentir en otro referéndum, que ha sido también la soga al cuello que se ha puesto un europeísta convencido como Matteo Renzi. "He perdido yo, por lo que mi experiencia y la de mi Gobierno terminan aquí. Mañana veré al presidente de la República para presentar la dimisión", explicaba este domingo primer ministro italiano desdespués de que la ciudadanía tumbara con virulencia la reforma de la Constitución italiana que impulsaba. "En Italia no pierde nunca nadie, pero yo soy diferente y en voz alta, aunque con un nudo en la garganta, asumo la responsabilidad de la derrota".

Por el camino han caído también Barack Obama y François Hollande. El primero, aunque no podía optar a la reelección, vio como todo su legado se iba al garete después de que Donald Trumptumbara a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Por su parte el presidente francés anunció el jueves que no optará a un segundo mandato en las elecciones presidenciales del 2017. “He decidido no ser candidato a la elección presidencial”. Tras hacer un breve balance de sus cinco años en el poder, Hollande admitió ser consciente de los riesgos que entrañaría su candidatura, en torno a la cual no hay el suficiente consenso y por tanto dividiría notablemente el voto de la izquierda. “No me puedo resignar a la dispersión de la izquierda”. Y, sin moverse de la Moncloa, otro superviviente,Mariano Rajoy, veía como las piezas del dominó iban cayendo a su alrededor.