El uso de decretos, las medidas liberales en economía y la decisión de no renovar miles de contratos de empleados estatales marcan el primer mes del conservador Mauricio Macri como presidente de Argentina.

Con el Congreso en receso hasta el próximo 1 de marzo, Macri ha optado por implementar medidas importantes a través de decretos de necesidad y urgencia (DNU), una herramienta defendida por su jefe de Gabinete en diversas entrevistas publicadas hoy por medios argentinos.

"No creemos que el DNU sea una herramienta que bordee lo ilegal ni que sea un síntoma de autoritarismo", dijo el jefe de Gabinete argentino, Marcos Peña, al diario La Nación.

Este mes, Macri ha designado por decreto, en forma provisional, dos jueces para la Corte Suprema y ha realizado modificaciones a la polémica ley de medios sancionada durante el primer mandato de la expresidenta Cristina Fernández.

La utilización del DNU como mecanismo ha provocado fuertes críticas del kirchnerismo, que la semana pasada realizó una manifestación frente al Congreso para pedir que se llame a sesiones extraordinarias.

Frente a las críticas de la oposición, Peña defendió el uso de los decretos y rechazó momentáneamente que el Gobierno evalúe convocar a las sesiones en el Congreso.

"No consideramos que este sea el momento para hacerlo y es una decisión política, absolutamente legal y constitucional", afirmó a La Nación.

La polémica también rodea a la decisión del Gobierno de Macri de no renovar miles de contratos de empleados estatales que vencían el pasado 31 de diciembre.

Por un decreto gubernamental se revisarán en los próximos meses los contratos de trabajadores públicos aprobados por el Estado en los últimos tres años y la renovación de miles de empleados temporales será objeto de evaluación.

En el Centro Cultural Kirchner de la capital argentina, el Ejecutivo decidió no renovar el 80 por ciento de la plantilla, mientras que, en el Senado, la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, rescindió los contratos de unos 2.000 empleados firmados por su antecesor Amado Boudou.

La polémica por los despidos en el sector público de Argentina creció el viernes, cuando un grupo de personas protestaba frente a la alcaldía de la ciudad de La Plata contra el cese de aproximadamente 4.500 contratos laborales con cooperativista.

Allí, unos 20 manifestantes resultaron heridos después de que unos 200 agentes de la Policía Bonaerense lanzase balas de goma y gas pimienta contra ellos.

Por la represión, el gobierno de Buenos Aires, también en manos de los partidarios de Macri, ordenó una investigación en la fuerza de seguridad provincial para determinar las responsabilidades ya que "no existió instrucción alguna desde la esfera política ni policial que ordenara la actuación de la Infantería en el lugar".

Después de las vacaciones entre Navidad y Año Nuevo, Macri cumple su primer mes como presidente recuperándose de una lesión en una costilla que lo obliga, desde el viernes, a guardar reposo.

Un mes en el que, además, ha demostrado su impronta liberal en la economía argentina, con la eliminación de las restricciones a la compra de dólares impuestas por Fernández en 2011, una disminución en los impuestos sobre las exportaciones agropecuarias e industriales y la quita en los subsidios a los servicios de energía.

Como punto negro, el presidente argentino celebró ayer, con un mensaje en Twitter, la recaptura de "los prófugos" que escaparon hace 14 días de una prisión de máxima seguridad donde cumplían una pena por un triple asesinato, pero en realidad sólo uno había sido apresado.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, admitió que el mensaje del presidente se produjo porque desde su cartera anunciaron en forma errónea la captura de los tres presos.