Tras más de un año de persecución y un día de tiroteos que afectaron incluso al anillo periférico de la capital, la Policía Judicial mexicana detuvo ayer a Edgar Valdez, alias la Barbie , exjefe de sicarios y aspirante a capo de cártel. El narcotraficante acabará en una cárcel de EEUU, donde nació y cuya zona este inundó de cocaína. Más de 1.200 agentes participaron en la larga operación. Se inició en junio del 2009 con la desarticulación de una célula de sicarios y culminó la noche del lunes (madrugada de ayer en España) con la captura de Valdez y seis colaboradores en su casa del pueblo de Salazar.

La policía, que el día anterior pasó por la vergüenza de una gran depuración interna, mostró ayer al jefe de sicarios del cártel de los Beltrán Leyva.

ASESINO DE POLICIAS En el 2006, la Barbie fue el primero en decapitar y exhibir públicamente a varios altos mandos policiales en Acapulco. Ese mismo año sus métodos recorrieron internet, con un vídeo en el que interrogaba a cuatro miembros de Los Zetas y acababa ejecutando a uno de ellos.

Nacido en el seno de una familia mexicana de clase media, Edgar tomó otro camino el día en que se metió en contradirección, chocó y mató a una maestra. Aún adolescente, se ganó la confianza del capo del cártel de Sinaloa, Joaquín el Chapo Guzmán, a quien no dudó en traicionar para seguir a los hermanos Beltrán. Igual que, tras la muerte del capo Arturo Beltrán en una operación de la Armada en diciembre, Valdez luchaba contra Héctor Beltrán por el control de ese cártel de los Beltrán Leyva.

Este enfrentamiento y la especial crueldad de la Barbie dejaron una oleada de muertos, sobre todo en el sureño estado de Guerrero. Los informes oficiales le definen como "sanguinario y despiadado". La fiscalía mexicana ofrecía casi dos millones de euros por él, reclamado también por EEUU bajo la acusación de "distribuir miles de kilos de cocaína" en el este del país.

Aunque la narcoguerra no afecta a la zona turística, Cancún es una plaza más de tráfico y secuestros, disputada por el cártel del Golfo y Los Zetas. Un grupo de sicarios llegó la madrugada de ayer al bar Castillo del Mar y lanzó cócteles molotov que causaron la muerte de al menos ocho personas, seis empleadas y dos clientes, en un incendio que lo destruyó todo.