El Gobierno de México ha cedido finalmente a la presión y ha accedido a dialogar con los maestros que rechazan la reforma educativa después de los graves disturbios de este fin de semana en el estado de Oaxaca, en el sur del país.

Las violentas protestas en Oaxaca, que se saldaron con entre ocho y 10 muertos y más de 100 heridos, según las fuentes, tras los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad han generado un profundo dolor e indignación entre la población local.

La Secretaría de Gobernación anunció que este miércoles habrá una reunión con los maestros para buscar “soluciones que permitan el regreso de la tranquilidad a las regiones del país” afectadas por las manifestaciones contra la reforma educativa del 2013.

El Gobierno expresó en un comunicado su disposición a dialogar con integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para “escuchar los planteamientos y razonamientos de dicha organización”.

El secretario de Educación, Aurelio Nuño, explicó que el diálogo será únicamente “en materia política” y que no se abordarán temas relacionados con la educación. Será un “primer acercamiento” para “generar condiciones de paz y tranquilidad en Oaxaca”, señaló Nuño, y afirmó que pese a los hechos violentos del fin de semana “la reforma educativa es un proceso que continúa y no se va a detener”.

La CNTE lleva semanas pidiendo la apertura de un diálogo con el Gobierno, que había dicho que solo lo haría cuando la agrupación gremial aceptara la reforma y siempre que el objetivo fuera “explorar mecanismos para acelerar” su aplicación en estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca.

Sin embargo, los últimos días las protestas se intensificaron a raíz de la detención de dos de los principales líderes de la CNTE en Oaxaca, y el pasado fin de semana un enfrentamiento entre policías y maestros dejó ocho muertos en el municipio de Asunción Nochixtlán, según las autoridades, aunque los manifestantes elevan a 10 esa cifra.

El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, atribuyó la violencia agrupos infiltrados afines a los profesores, mientras que los maestros aseguran que esos grupos, que saquean locales comerciales y cometen actos de vandalismo, son infiltrados del Gobierno par cargarles las culpas.

La CNTE rechaza la reforma educativa que estableció la evaluación obligatoria a los docentes y puso fin a una serie de privilegios sindicales, entre ellos la colocación de personal con base a lealtades políticas.

La ONU pide una investigación "exhaustiva" de los incidentes

La ONU ha reclamado "una investigación exhaustiva" de los hechos violentos registrados en los últimos días en Oaxaca, durante las protestas sociales del sindicato de maestros contra las autoridades y la reforma educativa del 2013. En un comunicado, la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos "condena los hechos violentos ocurridos en Nochixtlán y Hacienda Blanca, Oaxaca, el 19 de junio". El organismo remarca que en esos incidentes "al menos ocho personas fueron privadas de su vida y un número aún por determinar resultaron heridas, incluyendo policías". Además, la ONU-DH indica que "repudia el asesinato del periodista Elpidio Ramos Zárate, en el crucero de Juchitán a Ixtepec, cuando estaría cubriendo otros hechos de violencia". Los fallecidos durante las protestas murieron la mayoría por disparos de balas, pero no está claro si los bandos enfrentados, policías y maestros, utilizaron ambos armas de fuego o cuál de los dos lo hizo.