Cerca de la mitad de los 32 estados de México eligieron ayer a sus representantes locales --gobernadores, alcaldes y diputados estatales-- bajo el temor a la violencia del narcotráfico. Las elecciones se han celebrado a dos años de las presidenciales y se consideran un test para el actual presidente del país, Felipe Calderón, cuya popularidad cae en picado entre los mexicanos, y para su formación, el Partido de Acción Nacional (PAN)

Las encuestas indicaban que el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) conseguiría una cómoda victoria. De hecho, el PRI, que dirigió México durante 71 años, ha gobernado en estos últimos años nueve de los 14 Estados donde ayer se abrieron las urnas, y todo indicaba que los candidatos de esta formación saldrían otra vez vencedores.

Entre los estados que participaron en las elecciones se encuentran tres de los más castigados por los cárteles de la droga: Chihuahua, el más violento del país y donde se ubica la conflictiva Ciudad Juárez, Sinaloa y Tamaulipas, escenario de la guerra entre el cártel del Golfo y el grupo que hace poco era su aliado y hoy su enemigo, los Zetas.

MUERTE DE UN CANDIDATO Fue precisamente en el estado de Tamaulipas, fronterizo con el estadounidense de Texas, donde el pasado 28 de junio presuntos narcotraficantes asesinaron al candidato a gobernador por el PRI, Rodolfo Torre Candú.

En la emboscada murieron otras seis personas de la comitiva. Torre era el candidato con mayores posibilidades de suceder al gobernador saliente, Eugenio Hernández Flores, también del PRI. Torre es el político de más alto nivel que cae asesinado en México desde 1994, cuando el entonces candidato presidencial Luis Colosio fue abatido a tiros durante la campaña electoral.

Días antes del atentado mortal, un candidato a alcalde del PAN de una pequeña localidad de Tamaulipas fue también asesinado. En el estado de Sinaloa, donde opera uno de los carteles de la droga más importantes del país, se registraron los días previos a las elecciones hasta cuatro ataques a partidos políticos, el último el sábado cuando un artefacto casero explotó en el cuartel general del aspirante a gobernador por el PRI, Jesús Vizcarra. No hubo que lamentar víctimas.

Más de 26.000 personas han muerto en México desde el 2006, como consecuencia de la guerra que enfrenta al Estado y a los diferentes cárteles de la droga.