México tendió ayer la mano a Cuba para que sus relaciones diplomáticas vuelvan a la normalidad, después de que su embajador abandonara la isla el lunes pasado. Al cierre de esta edición, todavía no se sabía la reacción del Gobierno de Castro, cuyo ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque, tenía previsto comparecer ante la prensa.

Su homólogo mexicano, Luis Ernesto Derbez, le envió una carta por la mañana para invitarle a que ambos países regresen a la vía diplomática. A juicio de Derbez, esta crisis entre ambas naciones se debió a que Fidel Castro no utilizó los canales diplomáticos y no convocó a la embajadora, Roberta Lajous, para protestar por el voto de México contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Castro se limitó a criticar la situación política y económica de México.