El Gobierno de México ha expresado su preocupación porque el reforzamiento fronterizo anunciado por el presidente de EEUU, George Bush, no vaya acompañado de avances en el Congreso estadounidense sobre una reforma migratoria.El Ejecutivo de Vicente Fox ha manifestado en un comunicado que ha recibido garantías "de que las medidas anunciadas no implican la militarización de la frontera", pero, ha mostrado su preocupación porque "estas acciones aún no están acompañadas de los avances suficientes en el proceso legislativo en curso". El Senado estadounidense debe reanudar estos días el debate de la reforma migratoria, que ya se efectuó antes en la Cámara baja.México ha destacado que, ante el envío de 6.000 miembros de la Guardia Nacional de EEUU a la frontera con México, los consulados del país "redoblarán sus esfuerzos de protección para garantizar el debido respeto a los derechos" de los mexicanos, y que "no se escatimará recurso alguno en esta tarea".La influencia de los inmigrantesEl Gobierno mexicano ha dicho apreciar en el discurso de Bush "un reconocimiento a la importancia que los inmigrantes tienen para la vida económica, social y política" de Estados Unidos. También ha elogiado el hecho de que se haya dado "un respaldo a la visión de que todas las aristas del fenómeno migratorio deben ser atendidas a través de una reforma integral".México se pronuncia por una reforma que "modernice los esquemas de trabajo temporal existentes", que ofrezca "una solución para los millones de mexicanos que residen en ese país sin la documentación requerida" y que permita "a ambos países contar con una frontera más segura".El comunicado añade que una migración legal implicaría que los recursos que ambos países emplean para garantizar la seguridad fronteriza "estarían mejor orientados a combatir los verdaderos riesgos del crimen organizado, tales como el narcotráfico, el tráfico y la trata de personas y cualquier amenaza la seguridad".Antes, el candidato presidencial del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, había lamentado la iniciativa de Bush. Calderón, que aparece como favorito en las encuesta de intención de voto para las elecciones presidenciales del 2 de julio, ha calificado la decisión de "lamentable".