Las elecciones en los estados mexicanos del pasado domingo, antesala de las presidenciales de dentro de dos años, han puesto al rojo vivo la lucha por el poder en México con un sonoro voto de castigo al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). El conservador Partido Acción Nacional (PAN) ha ganado siete de los 12 estados con gobierno en juego, dos de ellos en coalición con el socialdemócrata Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Con una abstención del 71%, la capital se ha inclinado por elizquierdista Movimiento de Regeneración Nacional(Morena) para su congreso constituyente.

El lento recuento de los votos ha señalado la tarde del lunes que los candidatos a gobernador por el PAN llevan ventaja en Aguas calientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. El PRI va ganando solamente en Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa y Zacatecas. El PRD vence en Tlaxcala y en coalición con la derecha en Tamaulipas y Veracruz.

Lo apretado e incluso contradictorio de los resultados de las encuestas de salida ha desatado desde primera hora del lunes una guerra de autoproclamaciones en la mayoría de estados. La más sonora, inmediata al cierre de los colegios electorales, la han protagonizado en Veracruz los candidatos del PRI, Héctor Yunes, y la coalición PAN-PRD, Miguel Yunes. Ambos, primos entre sí, se han proclamado ganadores.

VERACRUZ

Con los primeros recuentos, Miguel Yunes ha asegurado que todas las encuestas lo señalaban como próximo gobernador, lo que pone “fin a más de 80 años de gobierno priísta” en ese estado del este de México. Y ha enfatizado: “Veracruz le ha dicho a todos los mexicanos que se puede ganar al PRI”.

El presidente del PRI, Manlio Beltrones, ha asegurado que el partido gubernamental “ha ganado nueve de los doce estado en disputa”.

El presidente del PAN, Ricardo Anaya, ha hablado de “la jornada más victoriosa de la historia del partido”, y ha asegurado: “Conseguimos romper el monopolio del PRI”.

El presidente del PRD, Agustín Basave, ha señalado que la gente salió al domingo a castigar al PRI, que “no ha podido ganar pese a las triquiñuelas y las atrocidades”. A esas horas, Basave ha afirmado que “el PRD gana seis estados”.

Después, las declaraciones de victoria y celebraciones han tenido un paréntesis durante el primer partido de fútbol de México en la Copa América, contra Uruguay.

“TRANQUILIDAD Y ARMONIA SOCIAL”

La violencia reinante en el país no llegó hasta las urnas. El Instituto Nacional Electoral (INE) pudo presumir de haber instalado el 99% de las casillas, e incluso el presidente, Enrique Peña, pudo hablar del “clima de gran civilidad, tranquilidad y armonía social” en esa “jornada de reafirmación de la vocación democrática” de los mexicanos.

Mientras los cárteles de la droga enfundaban las armas en los estados más afectados por la narcoguerra, lo que para algunos expertos era muestra de sus propios intereses políticos, los maestros disidentes intentaron boicotear la votación en el estado de Oaxaca.

Muchos de los colegios electorales que se iban a instalarse en escuelas tuvieron que cambiar de sede, gente armada se llevó varias urnas y la policía detuvo a 112 encapuchados, 94 hombres, nueve mujeres y nueve menores, como “sospechosos de intento de robo de mesas electorales”.

La jornada fue más tranquila en Veracruz, donde en la víspera apareció una cabeza humana con un mensaje dirigido a un candidato a diputado, incendiaron la casa de un alcalde y secuestraron al chófer de un líder del PAN. Solo el senador Fernando Yunes, senador de ese partido conservador, fue detenido en Coatzacoalcos, en el sur de ese estado, cuando no dejó que su vehículo fuera registrado en un control policial.