Miles de seguidores del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi se han manifestado este viernes, tras el rezo del mediodía, por las calles de El Cairo exigiendo su restitución y gritando consignas contra el jefe del Ejército egipcio, el general Abdel Fatá al-Sisi, que derrocó a Mursi el pasado 3 de julio y nombró un Gobierno provisional en Egipto.

Un manifestante ha resultado herido por arma de fuego cuando participaba en una marcha pro-Mursi en Fayum, al sur de la capital, según ha informado la agencia estatal de noticias Mena. Cuatro personas más han resultado heridas tras los enfrentamientos entre seguidores de Mursi y residentes de la ciudad de Zagazig, en el delta del Nilo, según la televisión oficial.

Cientos de islamistas pro-Mursi, al mismo tiempo, han salido a las calles en Alejandría y en la provincia de Buhayra. Por otro lado, hombres armados han asesinado a un policía en la población de El-Arish, en el norte de la península del Sinaí, según han informado a Reuters fuentes médicas y de la seguridad.

Egipto afronta un recrudecimiento de la insurgencia islamista en el Sinaí, cerca de la frontera con Gaza e Israel. Militantes establecidos en el Sinaí han intensificado sus ataques contra las fuerzas de la policía y del Ejército desde el pasado mes de julio.

Protestas pacíficas

La mayoría de protestas ciudadanas de cada viernes se han desarrollado pacíficamente, aunque el 6 de octubre decenas de partidarios de los Hermanos Musulmanes, la cofradía de Mursi, murieron bajo el fuego de las fuerzas de seguridad egipcias en uno de los días más sangrientos desde que los militares depusieron al presidente islamista.

Estas muertes se produjeron después de que el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim --que sobrevivió a un intento de asesinato en septiembre-- ordenara a la policía actuar con contundencia ante cualquier tentativa de desobedecer la ley.

Egipto vive en un clima de violencia e inseguridad permanente desde que el 14 de agosto las fuerzas de seguridad irrumpieron en dos campamentos de partidarios de Mursi y mataron a centenares de civiles. El Gobierno declaró entonces el estado de emergencia e impuso el toque de queda. Miles de integrantes de los Hermanos Musulmanes, incluyendo el propio Mursi, fueron arrestados.