Roma Miles de fieles siguen rindiendo homenaje a Juan Pablo II, esta vez ante su tumba en las Grutas Vaticanas, que se reabrieron al público tras el entierro celebrado el viernes. La larga fila que durante tres días desembocó en la basílica de San Pedro, convertida en capilla ardiente del Papa, se dirige ahora hacia la cripta del subsuelo del Vaticano, más contenida pero igual de fervorosa. Todas las previsiones apuntan a que la sepultura del Pontífice polaco se convertirá en meta privilegiada del peregrinaje católico.