Un mar de banderas y emblemas de colores, desde símbolos antifascistas a consignas contra la energía nuclear, abarrotan desde esta mañana las inmediaciones de la estación de trenes de Rostock, uno de los dos puntos desde donde partirá hoy la gran marcha de protesta contra la cumbre del G8. Miles de personas, especialmente jóvenes vinculados a movimientos de izquierda, se concentraron en la Plaza de la Amistad de la ciudad báltica de Rostock a la espera del comienzo de la manifestación, que dará comienzo a las 13 horas y concluirá en el puerto de la ciudad.

"Rastas", crestas y "piercings" conviven con gafas de sol de diseño, niños pequeños y globos gigantes en los que se reclama desde un mundo más "verde", al fin del imperialismo o la prohibición de las armas. Junto a los miles de jóvenes que ocupan la mañana recitando consignas, jugando a fútbol, bebiendo cerveza o disfrutando de los conciertos preparados por la organización, también se han dado cita en Rostock muchos veteranos en la lucha por un mundo mejor.

Es el caso de Ingetrand Schmäckte, de 61 años, que, junto a una decena de mujeres, han viajado desde Gorleben vestidas con túnicas amarillas en las que proclaman su rechazo a la energía nuclear como alternativa al cambio climático. Schmäckte, cuyo grupo X-Frauen ha llevado sus reivindicaciones incluso a Bruselas, aseguró a Efe que el sentir general de los congregados en Rostock es que el "G8 carece de legitimidad para tomar decisiones que sirven para sangrar al 90 por ciento restante de la Humanidad".

Esa misma denuncia comparte la Asociación Danesa para la Cooperación Internacional que ha causado sensación entre los manifestantes con su carroza, en la que siete chicas y un joven, disfrazados de soberanos medievales, comparten su carromato con esculturas de niños famélicos. El único chico del grupo, que representa ser el rey de Inglaterra, Sigurd Jakobsen, explicó a Efe que su pequeña "performance" pretende llamar la atención sobre las similitudes entre el poder absoluto de los monarcas en la Edad Media y la impunidad con que actúa el G8.

"Se trata de una clase privilegiada y minoritaria que se considera superior al resto y toma decisiones importantes, sin consultar con la mayoría, que debe acarrear con las consecuencias", señaló. La política militar de Estados Unidos y su falta de compromiso medioambiental protagonizan muchas de las pancartas y las canciones protesta en las que se recomienda a su presidente pernoctar en Guantánamo y visitar la ciudad de Nueva Orleáns, que ya sufrió las consecuencias del cambio climático.

El rechazo a los nazis, cuya manifestación en Schwerin prevista para hoy ha sido suspendida, es otra las consignas claves, que ocupan desde las sudaderas de los manifestantes a las chapas y pins de los puestos de "souvenirs" que también se han dado cita en la estación. Hagen Ratke, que vive en Rostock, indicó que el rechazo a la cumbre del G8 de muchos jóvenes proviene de la "prepotencia de esos países a la hora de tomar decisiones sin tener en cuenta las demandas de la gente". "Ahora saben que, desde Rostock, les estamos vigilando", añadió.

La manifestación ha sido convocada por cerca de 300 asociaciones contra la globalización que cuentan con la asistencia de hasta 100.000 personas.