Miles de palestinos han salido a la calle en respuesta al llamamiento del grupo islámico Hamás de convertir la jornada en el "día de la ira" contra Israel, que continúa con sus ataques por séptimo día consecutivo con un saldo de al menos 420 muertos y más de 2.000 heridos.

Hamás ha convocado a los palestinos a manifestarse tras la jornada de rezos en venganza por el asesinato del líder de Hamás Nizar Rayan, de 51 años, en un ataque aéreo que también costó la vida a sus cuatro esposas y a 11 de sus hijos. Además, el pueblo ha participado en los entierros, realizados al norte de la franja de Gaza.

Un portavoz de Hamás, Ismail Radwane, ha afirmado que "todas las opciones están abiertas" para responder a esa agresión, incluidas los atentados suicidas. Por eso, Israel ha reforzado en todo el país la protección de lugares públicos, como mercados, centros comerciales y sinagogas, aunque hasta el momento no se han producido disturbios graves.

Permitida la salida de extranjeros

Las autoridades israelís han abierto el paso fronterizo con Gaza de Erez para permitir la salida de palestinos con pasaporte extranjero de la franja, según han informado fuentes oficiales.

"Estamos coordinando la salida de alrededor de 300 personas, nacionales y con doble nacionalidad, para atender la petición que hemos recibido de varios países extranjeros a través de sus embajadas", ha explicado Peter Lerner, portavoz del Ejército israelí. Esta es la primera ocasión, desde que Israel inició la ofensiva aérea sobre Gaza el pasado sábado, que se permite la salida de población de la franja palestina.

En la mayoría de los casos "se trata de palestinos con doble nacionalidad", ha precisado Lerner, que ha dicho que, por el momento, ningún miembro extranjero de agencias humanitarias ha solicitado salir de la franja. La mayoría de los beneficiados con la medida son de nacionalidad rusa, ucraniana, turca, estadounidense y noruega, según ha informado Lerner.

Por otro lado, Israel también ha permitido la entrada por Erez del cargamento de 72 camiones con ayuda humanitaria, enviados por Turquía y organizaciones como la Cruz Roja, la Organización Mundial de la Salud y la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

Séptimo día de bombardeos

La campaña de bombardeos de Israel contra la franja de Gaza ha llegado a su séptimo día consecutivo con un balance provisional de al menos 420 muertos y 2.100 heridos, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan. Durante la pasada noche han continuado sin tregua los bombardeos, dirigidos sobre todo contra zonas residenciales, según la agencia. A primera hora de la mañana, varios misiles han alcanzado las viviendas de dos miembros de Hamás en el campo de refugiados de Al Bureij, cerca de la ciudad de Gaza. Las casas han quedado totalmente destruidas, al igual que otros edificios.

Una de las viviendas alcanzadas pertenecía a Jamal Ad Durrah, padre de Muhammad Ad Durrah, cuya muerte a los 12 años por los disparos israelís en septiembre del 2000 mientras era protegido por su padre se convirtió en una de las imágenes de la última Intifada. Otros objetivos de los bombardeos de esta noche han sido dos viviendas en Rafá, con seis heridos; una casa en Tel Al Hawa, un barrio del oeste de la ciudad de Gaza; una mezquita en el campo de refugiados de Yabalia, con cuatro heridos; y una granja avícola en la ciudad de Gaza.