En medio de la solidaridad internacional y el mutismo de las autoridades rusas, Moscú se ha despedido hoy de la periodista y defensora de los derechos humanos Ana Politkóvskaya, asesinada a quemarropa el pasado sábado.Miles de personas han acudido al cementerio Troyekúrovo para dar el último adiós a Politkóvskaya, gran crítica de la campaña militar del Kremlin en Chechenia que dedicó su pluma a la defensa de los civiles ante los abusos del Ejército y los señores de la guerra."Ana Politkóvskaya era la mejor y la más audaz de los periodistas rusos, y su muerte es una pérdida irreparable", ha declarado el Defensor del Pueblo, Vladímir Lukin, durante la ceremonia fúnebre en la sala del tanatorio donde se instaló la capilla ardiente.Los familiares han intentado evitar que el acto se convirtiera en un "mitin político", pero al funeral han asistido numerosos periodistas, políticos de la oposición, embajadores occidentales y representantes de la diáspora chechena.Cola durante horasA pesar de la lluvia incesante, miles de personas han hecho cola durante horas para acceder a la sala y depositar flores en el féretro, junto al que estaban sentadas los dos hijos de la periodista y su madre, que acaba de sufrir un infarto y de perder a su marido.El asesinato de Politkóvskaya ha motivado una enérgica condena internacional, pero no ha logrado romper el mutismo del Kremlin, quien solo ha estado representado en el funeral por un viceministro de Cultura.Entre otros diplomáticos occidentales, a la ceremonia fúnebre ha acudido el embajador de EEUU en Moscú, William Burns, quien espera "que la muerte de Ana recuerde a los rusos la necesidad de luchar por la verdad".Por su parte, Grigori Yavlinski, líder del partido liberal opositor Yábloko, ha afirmado que el asesinato "es un síntoma muy grave, pues marca el comienzo de la eliminación física de los que se oponen al poder".