La comunidad shií volvió a demostrar ayer que es la principal fuerza de oposición a los planes de Estados Unidos en Irak. Unos 10.000 manifestantes se concentraron ayer delante del hotel Palestina de Bagdad para expresar su rechazo a la reunión que, simultáneamente, se llevaba a cabo en el Palacio de Congresos de la capital iraquí, donde el virrey Jay Garner, el hombre escogido por Washington para liderar la reconstrucción del país, congregó a unos 250 líderes políticos, tribales y religiosos en lo que estaba llamado a ser el acto germinal de la democracia.

Convocada por la Hawza de Najaf, la máxima instancia religiosa de la comunidad shií, la manifestación se convirtió en una contundente demostración de fuerza y organización que EEUU difícilmente podrá ignorar. Los shiís, que no se sienten totalmente representados en las reuniones que organiza Garner, cantaron eslóganes y mostraron pancartas en contra de la presencia militar estadounidense en Irak, a la vez que exigieron "un nuevo congreso nacional" en el que estén representadas "todas las fuerzas políticas del país".

REUNIONES INUTILES

El jeque Ahmed al Tikriti, uno de los líderes shiís de Najaf, afirmó que, cuando los soldados se vayan, "EEUU no tendrá más remedio que entregar el poder a la Hawza , la única con capacidad de gobernar el país sin alargar el vacío de poder y perder el tiempo en reuniones inútiles".

Algo de razón tiene Al Tikriti, ya que la comunidad shií, tanto en su feudo de Sadam City como en otros barrios de Bagdad, se ha convertido en el auténtico poder en la ciudad; los shiís han creado una policía civil autorizada por las tropas norteamericanas y una red de asistencia social en mezquitas y centros sanitarios.

"El pueblo iraquí es musulmán, cree en el islam y, por lo tanto, sus necesidades pueden encontrar respuestas adecuadas en la sharia (ley islámica) y en los ulemas (líderes religiosos)", afirmó Al Tikriti delante del Hotel Palestina, donde fueron desplazados tanques de EEUU para contener a los manifestantes.

LAS PALABRAS DEL ´VIRREY´

"Vais a empezar el proceso de crear un Gobierno democrático, y nuestro trabajo es daros las herramientas y los recursos que necesitáis", dijo Garner en el Palacio de Congresos. Aprovechando que ayer era el cumpleaños de Sadam --66 años--, el virrey hizo un llamamiento para construir la democracia en la "cuna de la civilización". "Es nuestra responsabilidad iniciar, el día del cumpleaños de Sadam, el proceso democrático de Irak", dijo.

Más impacientes, y centrados en el corto plazo, los líderes iraquís agradecieron a estadounidenses e ingleses que "hayan liberado a Irak de Sadam", pero agregaron que compete sólo a los iraquís gobernar Irak.

A la reunión --celebrada en el Palacio de Congresos de Bagdad, en medio de extraordinarias medidas de seguridad-- no asistieron Ahmed Chalabi, el líder del Congreso Nacional Iraquí (CNI); Jalal Talabani, de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK); Masud Barzani, del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), ni Abdel Aziz al Hakim, del Consejo para la Revolución Islámica en Irak. Mike O´Brien, del Ministerio de Exteriores británico, disculpó, por "razones técnicas", la ausencia de los líderes kurdos, y despachó, con un sencillo "no me importa", la de Chalabi.

Las ausencias no impidieron llegar a un acuerdo: dentro de un mes tendrá lugar un "congreso general nacional" para "establecer las reglas para la formación de un Gobierno interino", según Muafak Rudai, encargado de presidir el encuentro. Garner explicó que el Gobierno de transición tendrá una duración limitada. O´Brien afirmó que los iraquís deberán votar en referendo una nueva Carta Magna antes de elegir un Ejecutivo en las urnas.