Suma y sigue. La ira musulmana por la publicación en varios diarios europeos de caricaturas del profeta Mahoma no se detiene, y ayer se trasladó con fuerza a Siria, en cuya capital, Damasco, una multitud colérica quemó las embajadas de Dinamarca y Noruega. Las legaciones de Chile y Suecia, en el mismo edificio que la danesa, también resultaron afectadas. En Gaza, milicianos de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa volvieron a atacar sedes europeas, y en Teherán el presidente, Mahmud Ahmadineyad, ordenó romper los contratos económicos entre Irán y los países donde se han publicado las viñetas.

Según AFP, miles de personas que coreaban eslóganes religiosos participaron en el asalto e incendio de las embajadas, donde no hubo víctimas al estar vacías. En los territorios palestinos, Gaza volvió a ser el epicentro de las protestas. Decenas de milicianos asaltaron el centro cultural alemán e intentaron, de nuevo, arrasar la sede de la Unión Europea (UE), cerrada. La Comisión Europea instó a las autoridades palestinas a garantizar la seguridad de sus edificios en la franja.

AGENTES POLICIALES El único lugar donde hay europeos trabajando en Gaza es en la frontera de Rafá, donde una misión de la UE --en la que hay seis guardias civiles y un policía nacional españoles-- colabora en el tránsito de personas entre la franja y Egipto. Pese a que no ha habido ningún incidente, desde hace cinco días a los tres daneses de la misión les han sido asignadas tareas en su base en la ciudad israelí de Ashkelon, evitando así su presencia en la terminal. A ellos se les han unido los siete agentes franceses.

Y es que, en el caso de los territorios ocupados, la ira por las viñetas se mezcla con la situación interna. Hamás se ha desmarcado de las protestas violentas y han sido las Brigadas de Al Aqsa, vinculadas con Al Fatá, las que protagonizan los ataques y los secuestros como vienen haciendo desde hace meses y desde la victoria islamista. Valga como ejemplo el secuestro ayer de un oficial de las fuerzas de seguridad y su esposa, de origen polaco, que en un principio fue atribuido a la crisis de las caricaturas por el hecho de que la mujer tenía aspecto europeo. Horas después, la mujer fue liberada, pero no el oficial.

En Marruecos, el diario Al Najar Al Magribía, que el jueves publicó un dibujo, está en el ojo del huracán. Abdelhakim Badiaa, el director, afirma que sólo quería "mostrar el estilo" y recordó que denunció su publicación. Las autoridades impidieron la distribución de la edición del viernes de El País y del francés Libération por reproducir las caricaturas, informa Josep Saurí.