Ramsey anda por la base de Diwaniya con aspecto de despistado y aire de aburrimiento que le asemeja a los personajes de la mítica serie de televisión MASH . Cuando no está de servicio, Ramsey escucha música en su discman , fuma mucho y bromea con otros marines. Ramsey tiene veinte y tantos años, habla un fluido español --"viví tres años en Perú"-- y el otro día guardaba en su bolsillo una insignia de la Legión. "Se la cambié a un español por una camiseta".

Psicológicamente, Ramsey ya está muy lejos de Irak. Su vuelta a EEUU empezó el miércoles, cuando llegaron a Diwaniya los primeros 143 soldados españoles, una cifra que este fin de semana se ha elevado a 500. Es muy probable que Ramsey regrese a EEUU a finales de agosto, cuando ya estén en Diwaniya los 1.300 soldados españoles --entre ellos 30 mujeres-- destinados a Irak. Unos militares que protagonizan la misión más difícil de las fuerzas armadas españolas en el extranjero, observados con lupa por una opinión pública que en su mayoría los considera fuerzas de ocupación en un país que ha sufrido una guerra ilegal apoyada por José María Aznar.

MUCHA PRUDENCIA

No es un contexto fácil, y los militares lo saben. Aunque no lo digan en voz alta --la cortés prudencia con la prensa es una norma de oro-- algunas actitudes en España, sobre todo entre los políticos, les molestan. Pero recién llegados a Irak, los militares se escudan en su experiencia en Bosnia, Kosovo y Afganistán y confían en sí mismos.

"Nuestra misión consiste en ayudar a Irak a salir de los años de aislamiento que ha sufrido", explica el teniente coronel Cirujano, jefe de la Unidad de Apoyo al Despliegue, cuya misión es adecentar la base donde se instalará la brigada española, actualmente un lugar bajo mínimos. "Afrontamos este reto con mucha ilusión, queremos que las autoridades locales estén satisfechas con nosotros", añade Cirujano.

El contingente español estará en Diwaniya y un pequeño grupo se desplegará en Nayaf, la ciudad santa shií. Las patrullas y la vigilancia de edificios serán las principales tareas, coordinadas con el mando de la zona, que corresponde a Polonia. "Tenemos una relación muy correcta con los polacos. Se apoyan mucho en nosotros porque tenemos más experiencia en misiones para mantener la paz", apunta Cirujano.

DE MEDIAR A SER OBJETIVO

El problema es que en Irak no se trata de mediar entre bandos, sino que las tropas ocupantes pueden ser objetivos de ataques. Y no sólo las de EEUU, como el reciente ataque al cuartel de los polacos en Hilla demostró. EEUU ha dejado claro que considera a los militares presentes en Irak fuerzas de combate.

"Claro que somos fuerzas de combate, somos el Ejército, pero sólo dispararemos en autodefensa", afirma Cirujano, quien añade: "Asumimos el riesgo de un ataque. La clave es lograr el equilibrio entre integrarte con la población y estar alerta". Y, tratando de desdramatizar, asevera: "La diferencia entre Irak y Afganistán es que en Kabul la gente sólo te miraba, y aquí te miran, te sonríen y te saludan".

Pero estas cuestiones serán importantes a partir del 1 de septiembre, cuando los soldados españoles releven a los marines. Hasta entonces, los españoles tienen otras prioridades. Los mandos, coordinarse con sus homólogos polacos y estadounidenses. Los soldados, lograr que el cuartel de Diwaniya sea algo más que un solar polvoriento castigado por un sol inclemente.

"Hace mucho calor y las condiciones de vida son mínimas, pero todo el mundo está muy ilusionado", comenta el comandante González Martín. Los marines de EEUU viven con lo puesto, limpiándose con cazuelitas de agua o en duchas de campaña en pleno sol y con letrinas provisionales.

MARINES ESPARTANOS

"Los marines son espartanos más por filosofía que por necesidad, ya que ellos no vienen a quedarse", explica el comandante. "Pero somos sus huéspedes, y usamos sus instalaciones y acatamos sus normas", tercia Cirujano.

Las normas de seguridad son estadounidenses. La guardia y las reglas de acceso, también, así como el comedor y las instalaciones, unos barracones con camastros. Hay agua depurada para lavarse y embotellada para consumir. La electricidad viene de la ciudad y de generadores, que son insuficientes para alimentar los aparatos de aire acondicionado.

"Vamos a cambiar esto porque venimos con la idea de quedarnos el tiempo que sea necesario", explica González Martín. Los mandos españoles prevén que, con el tiempo, la base cuente con duchas y aseos, biblioteca, cantina, sala de internet, locutorios, instalaciones deportivas, capilla, lavandería y peluquería.

Por ahora, los soldados ya pueden hablar por teléfono con España dos minutos al día. Además, los españoles han contratado a 12 iraquís para trabajar con ellos.

AL MENOS SEIS MESES

Mientras, los soldados empiezan a descubrir la base que será suya durante, como mínimo, los próximos seis meses. Por ahora, la relación se limita a los marines. "El despliegue militar de los marines es impresionante, nunca había visto nada así", comenta con admiración el cabo primero Campillo, del Regimiento de Pontoneros y Especialidad de Ingenieros, con base en Zaragoza, y que, junto al sargento Peñalvo, se encarga de "limpiar la basura de la guerra". Es decir, desactivar posibles explosivos que queden en barracones que no han sido usados.

La relación con los marines es "muy buena", explica un teniente de la Legión que insiste melodramáticamente en que no quiere que se publique su nombre.

A que la relación con los marines sea buena también ayuda el idioma. Mientras el inglés de los españoles no es fluido, el castellano es la segunda lengua y, en algunos casos, la primera, de los marines. Los soldados conviven e intercambian objetos. En el mercadeo de la base las raciones de comida española se cotizan más altas que las de EEUU. Está por ver, de todas maneras, si esta buena relación se convierte en patrullas conjuntas por Diwaniya.

"Los españoles no tenemos nada que envidiar a los marines, pero somos discretos y no alardeamos", presume el legionario desconfiado. Cerca, Ramsey cierra los ojos y fuma. Cada vez está más lejos de Diwaniya, el nuevo hogar de 1.300 soldados españoles.