Millones de viajeros se están viendo afectados por la mayor huelga ferroviaria en la historia de Alemania, protagonizada por el sindicato de maquinistas GDL, que, tras paralizar casi por completo el transporte de mercancías, esta madrugada inició paros masivos en el transporte público. Desde las 02.00 hora local (01.00 GMT), el GDL ha iniciado la suspensión mayoritaria del transporte de pasajeros en las líneas de cercanías, regionales y larga distancia de Deutsche Bahn, los ferrocarriles alemanes.

La huelga afecta especialmente al este de Alemania, donde se calcula que sólo circula un 10 por ciento de los tres de pasajeros regionales, mientras en las grandes urbes como Berlín se ha pasado de 5 a 20 e incluso 40 minutos la frecuencia de la circulación de las líneas de cercanías. En el occidente del país la situación parece ser menos dramática, ya que la dirección de Deutsche Bahn calcula que circulan el 50 por ciento de los convoyes regionales y de cercanías y el 60 por ciento de los trenes de largo recorrido.

En la práctica estos datos no parecen confirmarse, ya que, muchos de los trenes que debían circular dentro del plan de servicios mínimos y emergencia elaborado no funcionan, y pasajeros que contaban con que su tren circulase se han encontrado con la sorpresa de que esto no es así. La huelga en el transporte de pasajeros de los ferrocarriles alemanes tiene previsto prolongarse 48 horas y finalizar a las 02.00 del sábado (01.00 GMT) a la vez que la del transporte de mercancías, que comenzó catorce horas antes.

El sindicato GDL se ha mostrado satisfecho con el desarrollo de la huelga y ha señalado que en las ocho primeras horas de paros, cuando estos sólo afectaban al transporte de mercancías, pararon mas de 550 maquinistas en toda Alemania. Dicho sindicato exige la elaboración de un convenio para los maquinistas independiente del resto del personal de Deutsche Bahn y sustanciales subidas salariales de hasta un 30 por ciento, así como el pago de una cuantiosa prima única.

Las negociaciones entre el sindicato y la dirección de los ferrocarriles germanos se encuentran paralizadas desde hace más de diez días, ya que el primero exige una nueva oferta del segundo para volver a la mesa de conversaciones, mientras la empresa asegura que no se dejará chantajear por una minoría del personal ferroviario.