Por primera vez desde que comenzó la campaña electoral, un sondeo dio ayer la mayoría absoluta a los conservadores cara a las elecciones británicas del jueves. La encuesta del instituto Ipsos-Mori, realizada en 57 distritos considerados decisivos para la victoria de uno u otro partido, sugiere que los tories pueden obtener la ansiada mayoría por un ajustado margen de dos escaños. La misma encuesta advierte, sin embargo, de que en esas plazas, un tercio de los votantes puede cambiar de opinión.

A dos días de las elecciones legislativas, millones de británicos aún no han decidido a quién votar. Los últimos sondeos indican que el número de indecisos es más alto que en comicios anteriores. El conservador David Cameron sigue a la cabeza, con porcentajes de entre el 34% y el 33%, mientras que los liberales, entre el 29% y el 28%, están prácticamente empatados con los laboristas. Un mayor número de votos no implica la mayoría absoluta de 326 diputados.

Esa incertidumbre no ha impedido a Cameron investirse ya como primer ministro y presentar su plan "para los primeros 100 días de Gobierno". Los tories dan por hecho de esta forma que ocuparán el poder, con o sin mayoría. "Es muy cuestionable la duración y la estabilidad de un Gobierno en esas circunstancias", dice el politólogo Tim Bale, de la Universidad de Sussex.

"ARROGANCIA" ´TORY´ El liberaldemócrata Nick Clegg reprochó a Cameron, en un mitin en una barriada obrera del sur de Londres, que actúe con "una arrogancia fuera de serie" y tenga lista la mudanza a Downing Street "sin que ni siquiera se haya votado aún". El conservador, desde Blackpool, negó cualquier desliz de autocomplacencia.

Gordon Brown, en Ipswich, dijo estar "luchando" por salvar su vida "y el país". Y Tony Blair reaparecía en la localidad de Tamworth, en manos de los laboristas y que los conservadores intentan arrebatarles.