La ministra chilena de Defensa, Vivianne Blanlot, la única representante del Gobierno en las exequias de Augusto Pinochet, ha sido recibida con insultos por los partidarios del dictador, que falleció el domingo. La ira de los pinochetistas responde a la negativa del Ejecutivo a otorgar honores al general. "Que se vaya, que se vaya", han exigido los simpatizantes del general cuando la ministra ha entrado en el patio Alpacatal, donde habían sido trasladados los restos del dictador para recibir los honores militares programados por el Ejército de Chile. El enfado de los seguidores del militar se ha dirigido también contra la presidenta del país, Michelle Bachelet. La presidenta argumentó que no rendía honores de Estado a Pinochet por "el bien del país" y la unidad de los chilenos, profundamente divididos en torno a la figura del dictador. Sin saludar a la viuda Blanlot, cuya presencia en la ceremonia había sido rechazada previamente por la familia de Pinochet, ha llegado acompañada por los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y la Aviación y el director de Carabineros. La ministra de Defensa, que no ha saludado a la viuda de Pinochet, Lucía Hiriart, ni a sus hijos, se ha sentado en la misma fila de la familia, rodeada por los jefes militares.