Llorando a lágrima viva, la ministra de Medio Ambiente, Stefania Prestigiacomo, de 44 años, anunció ayer que dejaba el partido gubernamental Pueblo de la Libertad (PLD), pero que no dejaba el cargo. Su decisión responde a una serie de zancadillas del Ejecutivo a las políticas medioambientales. La gota que acabó con su paciencia fue la aprobación, por solo tres votos de margen, de un artículo de una nueva ley por el que se exime a las empresas constituidas por minusválidos y parados de algunas obligaciones en materia medioambiental.

Mientras ella dimitía, sus compañeros de partido, ansiosos por la prolongación de la actividad parlamentaria hasta la víspera de Navidad, le gritaron "¡Dimisión, dimisión!". Pierluigi Bersani, líder progresista, reprochó a la mayoría "no poder garantizar la estabilidad".

La ministra votó ayer con la oposición. También ocurrió días atrás cuando la Asamblea votó un decreto sobre las basuras en Nápoles y cuando los conservadores prorrogaron la vida de las bolsas de plástico de los comercios un año más.