El ministro egipcio de Sanidad, Amro Helmy, reconoció hoy que varios de los fallecidos por los enfrentamientos entre policía y manifestantes en la plaza Tahrir de El Cairo y sus alrededores han muerto por heridas de bala.

"Se han hallado balas de fuego real en algunos de los cadáveres", dijo el ministro en un improvisado encuentro con periodistas y médicos en Tahrir, donde aseguró que la Fiscalía ha abierto investigaciones en todos los casos de muertos por disparos.

Helmy explicó además que en el depósito de cadáveres se han encontrado cuerpos con balas fragmentadas dentro, algo que se podrá confirmar tras las pesquisas y que podría indicar el uso de armamento no convencional.

Desde el comienzo de los enfrentamientos el pasado sábado, ya han muerto 31 personas en El Cairo, según las últimas cifras del Ministerio, lo que eleva a 33 el total de fallecidos en Egipto.

Helmy agregó que su Ministerio está analizando los gases empleados en los choques por las fuerzas de seguridad, después de recibir denuncias de que son más fuertes que los lacrimógenos habituales para dispersar las manifestaciones. "El Ministerio, en cooperación con otras instancias, ha abierto una investigación sobre el tipo de gas que se está utilizando", señaló.

Según pudo comprobar Efe, las fuerzas de seguridad han empleado botes de gas CS, en algunos casos caducado hace más de tres años.

Los médicos presentes en Tahrir denunciaron ante Helmy el empleo de gases caducados y este alegó que "su uso no es cancerígeno, o al menos no lo es más que los alimentos fritos. Si los comes exageradamente, esos alimentos también te pueden causar un cáncer". "Que algo esté caducado no quiere decir que sea peligroso, sino que ya no tiene eficacia, como sucede con los medicamentos", dijo.

Uno de los doctores voluntarios en los hospitales de campaña de Tahrir, Amro Murada, explicó a Efe que hay dos tipos de gases que se emplean en las manifestaciones en Egipto, y que uno de ellos, prohibido en Estados Unidos, tiene efectos secundarios sobre los ojos y posibles efectos cancerígenos.

"Creemos que éste es el gas que se está utilizando aquí. Por el momento estamos intentando neutralizar la acidez del gas y tratando sus efectos sobre los ojos y el sistema nervioso", dijo Murada.

El ministro de Sanidad defendió también la gestión de su Departamento durante los disturbios y aseguró que ha contribuido con una cantidad indeterminada de dinero a financiar el equipamiento de los hospitales de campaña. "También hemos mandado equipamiento logístico como ambulancias, y ayer enviamos una cantidad grande de medicamentos", sentenció Helmy.

El ministro tuvo que dejar precipitadamente la plaza tras su conversación con periodistas y médicos, después de que algunos jóvenes comenzasen a increpar a la Junta Militar y a avanzar hacia él.