El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, aprovechó ayer la festividad de san Andrés, patrón de los escoceses, para presentar su proyecto constitucional, que contempla la celebración en el 2010 de un referendo sobre la independencia. "Ya es hora de que la gente deje oír su voz sobre el futuro de Escocia", afirmó el jefe del Partido Nacionalista Escocés (SNP).

Salmond desea celebrar la consulta el año próximo, aunque sabe que es imposible. El plebiscito no tiene el respaldo suficiente en el Parlamento de Edimburgo, donde el SNP lidera un Gobierno minoritario en coalición con los Verdes. Salmond, conocedor de sus limitaciones estratégicas, ha planteado otras opciones en el documento Your Scotland, Your Choice (Tu Escocia, Tu Elección). La primera opción pasa por mantener la actual situación y la segunda supone una reforma limitada. La tercera propuesta es la que interesa a Salmond, ya que aumentaría la autonomía financiera de Escocia, cuyo Parlamento asumiría todas las competencias, menos Defensa y Exteriores.