Un comentario despectivo del ministro estonio del Interior, Mart Helme, sobre la nueva primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, ha causado una crisis entre los dos países. Helme declaró que "lo sucedido recientemente en Finlandia le pone a uno los pelos de punta", en alusión a Marin, quien sustituyó a su predecesor, Antti Rinne la semana pasada y se convirtió a los 34 años en la primera ministra más joven del mundo.

El ministro Helme agregó la elección de Marin "muestra que incluso una cajera puede convertirse en primera ministra".

La ofensa ha obligado al presidente estonio, Kersti Kaljulaid, a disculparse ante su homólogo finlandés, Sauli Ninistö.

La formación del nuevo Gobierno de coalición finlandés "es una muestra de los esfuerzos de la izquierda por destruir al país desde dentro", dijo el ministro estonio, miembro del controvertido y anti-inmigración Partido Conservador Popular de Estonia (EKRE), en una entrevista concedida a una emisora perteneciente a la formación.

Marin preside una coalición de centro-izquierda compuesta por cinco partidos, todos ellos liderados por mujeres, y los comentarios del ministro estonio fueron recibidos con fuertes críticas en medios de comunicación finlandeses.

Relaciones estrechas

El presidente estonio se disculpó por los comentarios de Helme en una llamada telefónica al jefe de Estado del país vecino. Estonia y Finlandia han mantenido tradicionalmente estrechas relaciones y las lenguas respectivas están vinculadas.

El ministro estonio de Asuntos Exteriores, Urmas Reinsalu, declaró a medios locales que "habría sido mejor que Helme no hubiera hecho esas declaraciones sobre la nueva primera ministra finlandesa" y que los comentarios, "especialmente los de tipo personal, son inapropiados".

Helme declaró posteriormente que estaba expresando una opinión sobre la nueva primera ministra finlandesa basándose tanto en sus posiciones personales como en las de su partido y que no hablaba en nombre del Gobierno estonio.

La oposición estonia pidió la dimisión de Helme o que el primer ministro, Jüri Ratas, le destituya.