No sólo no hubo concreciones, sino que da la impresión de que quedan muy lejos. El rey de Marruecos, Mohamed VI, anunció ayer su decisión de consultar a los partidos políticos para "ver cómo conciben el ejercicio de la autonomía en el marco de la soberanía del reino", de cara a "afinar la propuesta que Marruecos tiene la intención de presentar" para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. En un discurso radiotelevisado de 15 minutos, con motivo de la celebración del Día de la Marcha Verde, en el 30 aniversario del símbolo de la ocupación del Sáhara, el monarca dio a entender que la elaboración de la propuesta marroquí para desencallar el proceso de negociación, el plan de autonomía del que tanto se ha hablado en los últimos meses, se encuentra aún en un estadio inicial.

ARGUMENTOS CONOCIDOS Mohamed VI insistió en las posiciones ya conocidas de Marruecos. De un lado, los "esfuerzos incesantes para llegar a una solución consensuada y definitiva", teniendo en cuenta "las recomendaciones juiciosas y los buenos oficios de las Naciones Unidas"; del otro, el "rechazo unánime" de los marroquís a renunciar a "la más mínima parcela de su Sáhara".

En cuanto a los más de 160.000 refugiados saharauis en los campos de Tinduf, Mohamed VI afirmó: "Su futuro se halla en un Marruecos democrático, unido y capaz de garantizarles todas las condiciones para el ejercicio de una ciudadanía plena".

La crisis de los inmigrantes subsaharianos también ocupó parte del discurso del rey, que aseguró que su país "no ahorra ningún esfuerzo, a pesar de sus medios limitados, para afrontar el problema de la inmigración clandestina en el marco de una perfecta coordinación con su vecina, la España amiga". El rey recordó que el fenómeno "supera el marco bilateral".