Mohamed VI quiere pasar página a las graves violaciones de los derechos humanos cometidas en el reinado de su padre, Hassan II, y multiplica últimamente los gestos para conseguirlo. El monarca marroquí recibió ayer en el palacio real a familiares de víctimas de los conocidos como años de plomo , y acto seguido se dirigió a la nación por radio y televisión para pedir públicamente que sean aplicadas las recomendaciones de la comisión de la verdad.

"La historia es testaruda y no se olvida", indicó para explicar que la "reconciliación sincera" no implica "hacer tabla rasa del pasado". Dijo, sin embargo, que el país no puede ser "eternamente prisionero" de su historia. Tras las conclusiones de la Instancia de Equidad y Reconciliación, víctimas de la represión criticaron que no se castiguen los crímenes de Estado.