Bolivia y Venezuela decidieron sellar una "alianza estratégica" con el propósito de equilibrar el peso de los dos países más grandes de la región, Brasil y la Argentina, con los cuales discutieron ayer el nuevo escenario regional que emerge después de la nacionalización de los hidrocarburos decretada por Evo Morales. En la reunión de Puerto Iguazú (Argentina), el dirigente boliviano intentó tranquilizar a los mandatarios argentinos, Néstor Kirchner, y brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al prometer que los precios se discutirán "razonablemente". Una afirmación que salvó la cumbre.

En una declaración conjunta, los dirigentes exhortaron "a que la discusión de los precios del gas boliviano --que abastece el 50% del mercado brasileño y el 4% del argentino-- debe darse en un marco racional y equitativo que haga viable los proyectos comunes y propicie el diálogo". Pese a las asperezas previas, los mandatarios destacaron que la integración es un elemento esencial para beneficiar a los pueblos. Los cuatro países acordaron "fomentar inversiones conjuntas a fin de favorecer el desarrollo integral de Bolivia". Al finalizar la reunión, Lula reconoció la decisión soberana de La Paz, así como las contradicciones. "Las políticas de integración a veces generan conflictos de los cuales sale la fortaleza. Todos tenemos conciencia del momento histórico que vive América del Sur. Estamos iniciando algo que a Europa le llevó 50 años y muchos dolores de cabeza. Respetamos los problemas y las asimetrías", declaró Lula.

CHANTAJE DE PETROBRAS Las palabras de consenso intentaron despejar el escenario de tensión. Previamente, Morales llegó a acusar a la estatal brasileña Petrobras de "chantajearlo" al haber anunciado la suspensión de sus inversiones en Bolivia y la decisión de llevar el tema a los tribunales neoyorquinos. La nacionalización, remarcó Morales, es "una decisión soberana y no negociaremos nada sobre ese tema". Las palabras de Morales precedieron la llegada de hoy a La Paz del secretario de Estado español para Exteriores, Bernardino León, quien, según el ministro Miguel Angel Moratinos, intentará "clarificar y avanzar en el diálogo" con el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) y, de esta manera, "reiniciar lo que debiera ser una buena relación". León viajará luego a Brasil, el país más impactado por la decisión de Morales.

Chávez había reconocido la existencia de "tensiones" entre los países que participaron de la "cumbre energética". Posteriormente se mostró exultante. "Gracias a la acción soberana de Bolivia hemos acelerado su incorporación al gasoducto del sur, el gran proyecto en estos 500 años porque todos los pueblos del continente tendrán energía limpia y barata por un siglo".

Unas horas antes de la cita de Puerto Iguazú, Chávez le había prometido a Morales volver el 18 de mayo a La Paz para suscribir "un primer nivel de alianza estratégica" entre Petróleos de Venezuela (PDVSA) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) con el propósito de "explorar" nuevas reservas en el sureño departamento de Tarija.

Los venezolanos, precisó, están dispuestos a "invertir" y traer "la experiencia" y sus "modestos recursos". Según subrayó Chávez, Bolivia tiene más gas y más petróleo del que se conoce y han venido operando las firmas extranjeras. "Casi siempre las inversiones privadas no invierten en exploración sino en explotación y en llevarse los recursos", afirmó. Para algunos analistas económicos, Chávez está apuntalando a PDVSA en Bolivia a expensas de Petrobras.

DERECHOS DE LOS INVERSORES El vicepresidente económico, Pedro Solbes, abogó en Bruselas por defender mediante la negociación los derechos de los inversores españoles tras la nacionalización del sector de hidrocarburos en Bolivia, sin descartar recurrir a vías jurídicas si fracasa esa negociación prevista con La Paz, informa Eliseo Oliveras.

Solbes, al incorporarse a la reunión de los ministros de Economía del Eurogrupo, declaró que la nacionalización decretada en Bolivia supone "una ruptura de acuerdos internacionales de inversión", que en cierta medida podría equipararse a una "expropiación".