Dos semanas después del paso del ciclón Idai por el sureste de África, se han confirmado 138 casos de cólera en dos barrios de la destruida ciudad portuaria mozambiquña de Beira. La tormenta ha arrasado y anegado por completo localidades de Mozambique, Zimbabue y Malaui, dejando más de 750 muertos, decenas de desaparecidos y cientos de miles sin hogar."Eperábamos esto y estamos preparados. Tenemos médicos preparados en el lugar", ha dicho el ministro de Tierras y Medio Ambiente, Celso Correia.

Con botas de goma hasta la pantorrilla y mascarillas cubriéndoles nariz y boca, el personal sanitario trabaja en las grandes carpas blancas montadas de emergencia en el patio del hospital en Macurungo, un barrio de clase trabajadora en la segunda ciudad más grande de Mozambique, Beira.

Unas pocas docenas de pacientes sospechosos de haber contraído cólera se dividien según la gravedad de sus síntomas, incluida la diarrea, la principal característica de esta infección causada por una bacteria. "No queremos dejar nada al azar. Todos los casos de diarrea se tratan como posibles casos de cólera", dice un funcionario de salud local.

"NADIE HA MUERTO DE CÓLERA"

Tras el paso del devastador huracán Idai en el centro de Mozambique, las autoridades y los trabajadores humanitarios están haciendo todo lo posible para detener la epidemia. Miles de personas estuvieron atrapadas durante más de una semana en localidades sumergidas sin acceso a agua potable después de que Idai tocara tierra el 14 de marzo. Según las cifras oficiales publicadas el jueves, ya se han informado de al menos 138 casos en Beira y sus alrededores.

"Hasta ahora nadie ha muerto de cólera", ha destacado el jefe de salud de Mozambique, Ussein Isse. Sin embargo, al menos dos personas han muerto fuera de hospitales con síntomas que incluyen la deshidratación y la diarrea, según ha explicado el ministro mozambiqueño.

Todas las condiciones son adecuadas para que este balance empeore en las próximas semanas. Muchos de los supervivientes han perdido sus hogares y viven en zonas donde se acumula el agua sucia.

"MÁS AGUA POTABLE"

"El cólera se propaga a través de las heces y las inundaciones han provocado desbordamientos de las letrinas que están contaminando el agua", dice David Wightwick, encargado de las operaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la zona del desastre. "Es una enfermedad que se propaga fácilmente", insiste.

En una de las carpas de Macurungo, Vitoria limpia a su hija Irene, de 3 años, acostada en una cama. "Ella tiene diarrea porque bebió agua contaminada hace unos días", dice la mujer de frágil cuerpo con el cabello recogido. "Después de las inundaciones no teníamos más agua potable, pero teníamos sed, no teníamos otra opción", justifica la joven madre.

Desde entonces, se han desplegado colosales cantidades de agua potable y unidades de purificación de agua en áreas accesibles para desastres y en nueve centros de salud, como el de Macurungo. "El objetivo es controlar el aumento en el número de casos", en palabras de David Wightwick.

"Alrededor de 900.000 dosis de vacuna oral llegarán el lunes", añade. La vacuna protege durante un periodo de tres meses y "hay una dosis por persona" lo que ahorra tiempo, pero "también significa que probablemente tendremos que organizar una nueva campaña de vacunación", explica Wightwick.

DIVERSIDAD MEDIDAS DE PREVENCIÓN

Un desafío clave sigue siendo encaminar la asistencia necesaria a las comunidades aisladas por las inundaciones. "Hay mucha ayuda que ha llegado a algunos lugares, pero otras zonas permanecen inaccesibles", dice Wightwick. El funcionario de la OMS también asegura que está en marcha una campaña de sensibilización: "Tenemos grupos equipados con altavoces que van literalmente de calle en calle por la ciudad de Beira y explican a la gente lo que deben hacer, otra forma de alertar a la población son los mensajes transmitidos a través de la radio.

Con miles de desplazados instalados en campamentos improvisados, los esfuerzos de emergencia están centrados cada vez más en controlar los brotes de este tipo de enfermedades. Lavarse las manos, no beber agua contaminada, asegurarse de que los alimentos ingeridos no han estado en contacto con agua contaminada, "si seguimos estos procedimientos, deberíamos ser capaces de controlar la propagación", espera Wightwick.

En caso de diarrea, se recomienda visitar lo antes posible un centro de salud. En Mucurungo, muchas de las camas de las tiendas de campaña siguen estando libres, pero los médicos y enfermeras temen que se saturen con rapidez. "En este momento, tenemos cuatro tiendas de campaña con camas para dar cabida a los pacientes", dice un sanitario. "Pero lo ideal, sería tener varias más adicionales", añade.