Como dice el nuevo ministro de Exteriores de Ecuador, Parra Gil, los ecuatorianos están más que hartos de que sus presidentes se conviertan en "auténticos bribones" y después consigan asilo en otros países para gozar impunemente de las riquezas obtenidas a costa del empobrecimiento de la nación. Eso ha pasado en toda Latinoamérica, donde los Fujimori, Menem, Salinas y tantos otros se han aprovechado de la confianza popular depositada en ellos. Ahora, Lucio Gutiérrez pretende escapar a la misma justicia que ya burló para exonerar a su amigo Bucaram. Menudos bellacos.

*Periodista.