A las 10 y media de la mañana de ayer, María Esperanza Jiménez Ruiz encontró la muerte en la populosa La Rocinha, en la zona sur de Río de Janeiro. Tenía 67 años cuando fue alcanzada por disparos de policías militares. Jiménez Ruíz, oriunda de Cádiz, viajaba en un transporte turístico que visitaba la mayor favela de la ciudad maravillosa, cada vez más violenta. De acuerdo con la versión de la Policía Militar, el vehículo «perforó un bloqueo» realizado por la fuerza de seguridad en Largo do Boiadeiro, uno de los puntos de mayor enfrentamiento que lleva adelante el Estado brasileño contra el narcotráfico carioca.

El conductor, sostienen las autoridades, pasó por alto la orden de detenerse y las balas atravesaron el vehículo hasta incrustarse en el cuerpo de Jiménez Ruiz, quien, gravemente herida, fue llevada de inmediato al Hospital Municipal Miguel Couto, donde nada pudieron hacer. Una hora antes del tour, dos integrantes del Batallón de Choque habían resultado heridos durante un choque armado con delincuentes. En otras zonas de la favela se produjeron también incidentes.

La Rocinha pone en escena el fracaso de la política de seguridad y pacificación del Gobierno de Brasil.