Un simple rumor causó ayer una tragedia en el norte de la India. Al menos 145 personas, entre ellas una treintena de niños, murieron aplastadas y más de medio centenar resultaron heridas en una estampida ante el templo hindú de Naina Devi, en el estado de Himachal Pradesh. El pánico se extendió entre la multitud cuando se corrió la voz de que se había producido un desprendimiento y grandes rocas rodaban hacia la zona, con una fuerte lluvia.

Según algunos testigos, el rumor partió de entre la fila de peregrinos que descendían del templo, situado en lo alto de una colina. La inquietud inicial pronto se convirtió en terror y los miles de fieles que aguardaban en el camino de subida trataron de abrirse paso sin control. El caos aumentó cuando una de las barreras colocadas para organizar el peregrinaje cedió.

En los alrededores del templo, según la agencia local PTI, se habían congregado cerca de 25.000 personas con motivo del festival religioso de Navratra, que comenzó el sábado y dura nueve días. Al lugar del suceso se desplazaron equipos médicos y de rescate que, tras varias horas de trabajo, lograron recuperar unos 140 cuerpos sin vida, mientras los heridos fueron trasladados con dificultades a varios centros médicos de la zona.

RESCATE DIFICIL Las labores de asistencia se vieron entorpecidas por las fuertes lluvias y, según testigos, por la falta de organización en los momentos iniciales, ya que parte de las autoridades locales estaban en una ceremonia oficial lejos del lugar de los hechos y llegaron varias horas después de la tragedia. Al principio fueron equipos de voluntarios los que realizaron las tareas de rescate.

Entre las víctimas mortales, la mayoría fallecidas por asfixia, había una treintena de niños y numerosas mujeres. "Los devotos corrieron en todas las direcciones tratando de encontrar a sus seres queridos. Los niños que sobrevivieron a la estampida gritaban buscando a sus padres, y las mujeres lloraban mientras buscaban a sus hijos entre los montones de cuerpos", relató uno de los supervivientes, Inderjit Singh, a la agencia IANS.

La policía confirmó que fue un rumor lo que causó el pánico, pero descartó que fuera extendido por alguien de forma intencionada para causar la tragedia. A última hora de la tarde, todavía se veía a devotos buscando a sus seres queridos. Algunos, desesperados, mostraban la foto de algún familiar desaparecido. Otros la tomaban con las autoridades locales por la falta de seguridad y de organización, al tiempo que denunciaban que algunos vehículos que transportaban a heridos permanecieron hasta dos horas sin poder avanzar por la falta de coordinación.

INVESTIGACION Muchos, sin embargo, coincidían en que el número de fieles presentes era mucho mayor que el que las autoridades y los responsables del templo habían previsto. Narres Sood, un comerciante habituado a recibir todos los años a los peregrinos, aseguró que nunca había visto a tantos devotos en el segundo día del festival.

A última hora de la tarde, hileras de cadáveres yacían en el Hospital Civil de Anandpur Sabih, a unos 30 kilómetros del templo. Las autoridades locales anunciaron una investigación para esclarecer lo ocurrido e indemnizaciones a los familiares de las víctimas y a los heridos.