Al menos 24 personas murieron hoy y 80 resultaron heridas en dos ataques suicidas separados en el sur y norte de Irak, informaron fuentes policiales iraquíes.

El más sangriento de los atentados, que se produjo contra una comisaría de Policía en la ciudad de Baiji, a 180 kilómetros al norte de Bagdad, causó la muerte de quince personas y heridas a otras 50.

En el ataque que ocurrió a las 09:30 hora local (05:30 GMT), en plena hora punta, el suicida iba al volante de un camión-cisterna de combustible, que lo hizo estallar junto a una comisaría de Policía.

Fuentes de la Policía iraquí señalaron que la explosión se produjo poco después de que soldados norteamericanos entraran en el edificio, aunque todavía se desconoce si hay víctimas entre ellos.

Asimismo, el edificio sufrió importantes daños materiales al igual que otros inmuebles colindantes. Por otro lado, nueve personas murieron y treinta resultaron heridas en otro atentado suicida en Hila, capital de la provincia chií de Babel, a 100 kilómetros al sur de Bagdad.

El ataque perpetrado con coche bomba tuvo como objetivo un centro de reclutamiento de Policía en la sede del Gobierno local.

Entre los muertos hubo ocho policías, mientras que la mayor parte de los heridos eran hombres que hacían cola para enrolarse en la Policía.

La explosión también causó daños materiales en el edificio y en varios vehículos estacionados cerca del lugar del estallido.

Este tipo de atentados suicida contra colas de reclutamiento de la Policía o del Ejército iraquí son una estrategia habitual de la insurgencia extremista suní.

Estos atentados se produjeron un día después de que tres altos cargos del antiguo régimen del fallecido presidente Sadam Husein, entre ellos Alí el Químico, fueran condenados a muerte por un tribunal por el caso "caso Anfal", que juzgaba a los responsables de la muerte de casi 180.000 kurdos iraquíes entre 1987 y 1988.