Poco más de 72 horas tardaron los extremistas palestinos en atentar contra civiles israelís desde que Yasir Arafat abandonó Ramala. Al menos cuatro personas --tres israelís y el suicida palestino-- murieron ayer y 32 resultaron heridas cuando un activista del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) se inmoló en un mercado del centro de Tel-Aviv. Un mensaje de que la violencia sigue su curso al margen de los acontecimientos políticos.

Eran las 11.15 horas (una hora menos en España) cuando Amer al Far, un adolescente de 16 años del campo de refugiados de Askar (Naplusa), activó su cinturón de explosivos junto a una parada de hortalizas del mercado del Carmel, en Tel-Aviv, en un momento en el que había gran afluencia de compradores. Se trata del primer atentado suicida en Israel desde agosto, cuando 16 personas murieron en un doble atentado en la ciudad de Bersevá (en el sur) y, sobre todo, el primero desde que Arafat llegó a París el viernes.

Es cierto, como apuntaban ayer fuentes del Gobierno israelí, que la preparación de un atentado de estas características --Al Far llegó el domingo de Naplusa a Jerusalén Este con el cinturón de explosivos y desde allí viajó a Tel-Aviv-- requiere más de tres días de preparación, pero también lo es que el FPLP podría haber ordenado anular el ataque incluso antes de que el suicida llegara a Tel-Aviv.

Con este atentado, este pequeño grupo laico perteneciente a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se desmarca de las peticiones de unidad transmitidas desde la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y pone en una difícil situación tanto a Arafat como a Mahmud Abbas y Ahmed Qurei, los dos dirigentes moderados que tratan de dirigir la nave durante la ausencia del rais .

"NO SIRVEN A LA CAUSA" "Este acto de terror no debería afectar a la promesa de permitir el regreso de Arafat", dijo una fuente anónima israelí. El primer ministro, Ariel Sharon, tampoco amenazó al rais , pero sí lanzó un claro aviso a Abbas y Qurei: "Esto prueba que no ha habido ningún cambio en la ANP".

Desde París y por boca de sus asesores, Arafat condenó el atentado consciente de que este ataque llega en el peor momento para la ANP. Así lo piensa Qurei, quien afirmó que "estos atentados no sirven a la causa palestina en una situación tan difícil". Tanto Qurei como Abbas llevan más de un año intentando que las facciones palestinas decreten una tregua, como exige Israel para reanudar el proceso de paz.

MES SANGRIENTO Pero paz es una palabra borrada del mapa. Con este atentado, el mes de noviembre empieza bañado en sangre, tal y como lo fue octubre, en el que murieron cuatro israelís y 165 palestinos, 50 de ellos ancianos, mujeres y menores de 16 años, según publicó ayer el diario israelí Haaretz . Octubre fue el segundo mes más sangriento desde el inicio de la Intifada en septiembre del 2000.