Rusia sufrió ayer un nuevo atentado que, según el Kremlin, forma parte de la cadena de ataques terroristas iniciados el pasado 29 de marzo en el metro de Moscú, cuando dos explosiones acabaron con la vida de 40 personas. En el ataque de ayer, dos policías murieron y otros dos resultaron heridos en dos atentados suicidas contra la sede de policía de la localidad de Karabulak, en la república rusa de Ingusetia (Cáucaso Norte).

La primera explosión con coche bomba se produjo a las 08.20 hora local (06.20 hora española). El terrorista estacionó el vehículo frente al edificio de la comisaría y accionó la carga. Cuando llegó la policía al lugar de los hechos, un segundo kamikaze activó el otro explosivo.

Estos ataques se producen justo una semana después del doble atentado suicida de Moscú. Además, el 31 de marzo, nueve policías y un transeúnte murieron en un doble atentado en la república rusa de Daguestán. El Kremlin afirma que esta serie de ataques forman parte de "eslabones de una cadena" y atribuye la autoría de todos a los terroristas chechenos.