Seis soldados estadounidenses murieron el domingo en atentados en Bagdad y las provincias de Diyala y Salahuddin, según informó ayer el Ejército de EEUU. Con estas, las muertes de soldados estadounidenses ascienden a 3.275 desde la invasión de Irak en marzo del 2003.

La nueva jornada sangrienta coincidió con la noticia del aumento de las deserciones en el Ejército de EEUU, revelada por The New YorK Times. Solo en el primer trimestre de este año desertaron 1.871 soldados.