Más de 110 personas murieron entre el jueves y el viernes en Irak, la gran mayoría civiles que perdieron la vida en atentados contra los shiís. Ayer, al menos 10 personas fallecieron al estallar un coche en un mercado de verduras de Hilla, ciudad de mayoría shií situada a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad. El aumento de la violencia se produce a dos semanas del referendo constitucional.

El blanco del atentado en Hilla volvió a ser la comunidad shií. El vehículo bomba estalló a una hora de gran afluencia de gente. Según la policía, los terroristas accionaron la carga por control remoto. Entre los muertos hubo tres mujeres y dos niños. Fuentes sanitarias cifraron en 50 los heridos.

El ataque de ayer sucede al triple atentado suicida del jueves en Balad, cuyo saldo final fue de 102 muertos --entre ellos 13 niños y 4 mujeres-- y cerca de 130 heridos. El grupo que lidera el terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui se atribuyó los ataques a través de un comunicado divulgado en una web islamista. En los últimos cinco días, el número de muertos víctimas de la violencia política asciende a casi 200, 13 de ellos militares del Ejército de Estados Unidos.

Un diputado kurdo definió la situación del país como "una pequeña guerra civil no declarada" por parte de los grupos armados, en especial el que comanda Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak, que el día 14 declaró "la guerra total" a la comunidad shií, mayoritaria en Irak y que comparte el poder con los kurdos.

El temor es que los ataques de los últimos días sean el principio de una nueva ola de atentados, tal y como advirtió esta semana el presidente de EEUU, George Bush. El referendo sobre la Constitución está previsto para el próximo día 15. A pesar de las modificaciones que sufrió el documento a última hora, el borrador sigue siendo rechazado por los líderes sunís, que piden a sus seguidores que acudan a las urnas a rechazar el texto.