Los jóvenes hondureños que acompañan las manifestaciones de protesta contra el régimen golpista pintando consignas en las paredes pasaron ayer a escribir en sus graffiti: Goriletti asesino . La muerte de un joven y un niño, alcanzados por los tiros del Ejército junto al aeropuerto en el que no pudo aterrizar el presidente derrocado, Manuel Zelaya, dio un giro de tuerca a la crisis provocada por el golpe militar de hace nueve días.

El secretario general de la ONU, Ban Kimoon, pidió ayer "el restablecimiento del orden constitucional en Honduras" y encareció a la Organización de Estados Americanos a asumir un "papel de líder para encontrar una solución pacífica".