Al menos una persona ha muerto y diez han resultado heridas hoy por la explosión de un bomba de fabricación casera en la provincia tailandesa de Narathiwat, región en la que han muerto unas 5.400 personas desde que el movimiento separatista musulmán reanudó la lucha armada en 2004.

Una patrulla formada por miembros de la Policía y voluntarios de defensa transitaban por una carretera comarcal del sur de Tailandia cuando el artefacto explosivo fue detonado a su paso, reporta el diario "Bangkok Post".

Al menos cuatro de los heridos fueron trasladados al hospital más cercano en estado muy grave.

Fuentes policiales citadas por los medios locales responsabilizaron del atentado a la miembros de la insurgencia musulmana.

El Barisan Revolusi Nasional, uno de los grupos terroristas de la zona, anunció la semana pasada la suspensión de las negociaciones de paz con Tailandia, que debían reanudarse el 18 de agosto, hasta que el Gobierno tailandés acepte sus condiciones.

Entre estas condiciones están la liberación de todos los presos y la cancelación de las órdenes de búsqueda y captura de forma incondicional, y que el Gobierno tailandés reconozca al Barisan como movimiento de liberación de Pattani y no como grupo separatista.

El viceprimer ministro tailandés, Pracha Promnok indicó que el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por la primera ministra, Yingluck Shinawatra, se reunirá esta semana para decidir las medidas a adoptar.

Los atentados con armas ligeras, asesinatos y ataques con explosivos en las provincias de Pattani, Narathiwat y Yala se repiten casi a diario, a pesar del despliegue de unos 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y la vigencia del estado de excepción.

Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre las tres citadas provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.