Al menos un manifestante ha muerto y otro ha resultado herido a causa de los disparos efectuados por soldados del ejército birmano cerca de la pagoda de Sule, en el casco viejo de Rangún, indicaron testigos a medios locales. Unos 200 monjes budistas y varios miles de civiles marchaban hacia Sule, en lo que supone un desafío a la prohibición de manifestaciones impuesta anoche por la Junta Militar de Birmania (Myanmar).

Testigos declararon a radio "Mizzina" que escucharon disparos en la calle de Bar y las proximidades del Ayuntamiento, situados muy cerca de Sule. Alrededor de 300 soldados en diez camiones militares llegaron a esa pagoda para reforzar la seguridad. Según la fuente, cuatro monjes budistas resultaron heridos horas antes en la pagoda de Shwedagon, donde la policía y los soldados lanzaron botes de gas lacrimógeno y disparos al aire para disolver a decenas de bonzos.

Muchos de los religiosos fueron golpeados antes de ser arrestados y trasladados en camiones del Ejército a centros de detención. En la zona de Shwedagon, un coche con los cristales rotos, varias motocicletas quemadas y neumáticos en llamas en la calle mostraban la violencia que se desató tras la protesta. La Junta Militar declaró anoche el toque de queda y después desplegó tropas en Rangún y otras ciudades del país con la finalidad de impedir que continúen las manifestaciones de monjes que comenzaron el 17 de septiembre, al tiempo que detenía a varios dirigentes y miembros de la oposición.

Los soldados se han posicionado en los monasterios cuyos bonzos han participado en las movilizaciones en favor de la democracia y han acordonado pagodas claves, como las citadas de Shwedagon y Sule. Los militares también se han situado en la sede de la Liga Nacional para la Democracia (LND), la única formación política de la oposición que resiste la presión de los generales y que dirige la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003.

Se mantiene el toque de queda

El toque de queda impuesto anoche es efectivo desde las 21.00 hasta las 05.00 hora local y estará en vigor durante 60 días en las ciudades más importantes. La medida transfiere al Ejército el control directo de la seguridad en todo el país y prohíbe las asambleas y la reunión de más de cinco personas. A pesar de las fuertes medidas de seguridad, las organizaciones Alianza de Todos los Monjes Birmanos y la Generación de Estudiantes del 88 aseguraron hoy que mantendrán las manifestaciones contra la Junta Militar y que no cederán ante la intimidación del régimen.

"No tememos ninguna amenaza de los militares, no son rival para nosotros. Continuaremos con nuestra lucha", afirmó el portavoz de la Alianza de Todos los Monjes Budistas de Birmania, U Adipati, en un comunicado. La movilización, las más importante que afronta la Junta Miliar en 19 años, congregó a unas 300.000 personas en todo el país el lunes pasado y a unas 150.000 tan sólo en Rangún ayer. Birmania está gobernada por un régimen militar desde 1962 y no se celebran elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió de manera abrumadora ante la LND, liderada por Aung San Suu Kyi, premio Nobel del Paz y en arresto domiciliario desde 2003.