El terrorismo volvió a golpear ayer las calles de Londres. Poco después de las dos de la tarde un hombre apuñaló a dos personas en el barrio de Streatham al sur de la capital. El agresor, identificado como Sudesh Amman, fue abatido inmediatamente por los disparos de la policía. El hombre llevaba adosados al cuerpo falsos explosivos. Uno de los heridos se hallaba en estado crítico y la vida de otro de los apuñalados no corría peligro. Un tercer herido sufrió lesiones leves a causa de unos cortes con unos cristales tras los disparos de los agentes.

El agresor, según avanzó la BBC, había salido recientemente de la cárcel después de haber pasado en torno a 18 meses de prisión por posesión y distribución de propaganda extremista. Amman había sido condenado a tres años y puesto en libertad a mitad de la sentencia, de acuerdo con lo establecido por la actual legislación, a pesar de estar considerado como un elemento peligroso. El sujeto se hallaba bajo activa vigilancia de las fuerzas antiterroristas, razón por la que los agentes pudieron actuar con tanta rapidez.

Es el segundo ataque en pocos meses con este perfil. El agresor en el atentado de noviembre en el puente de Londres también había cumplido condena por terrorismo y salido de la cárcel antes de completar la sentencia. El Gobierno pedirá una revisión urgente de la actual legislación.

Testigos presenciales afirmaron que el hombre entró primero en un comercio y comenzó a atacar a los clientes. Después salió a la calle y apuñaló a una mujer. La secuencia de cómo ocurrieron los hechos era aún confusa. Streatham High Road es una calle llena de tiendas que estaban abiertas y se hallaban muy concurridas en el momento del ataque. La impresión es que el agresor eligió sus víctimas al azar, en un incidente muy similar al ocurrido en el London Bridge hace unos meses. En este caso, sin embargo, el atacante estaba siendo seguido por policías de paisano, que tras los acuchillamientos le abatieron a tiros.

«Vi a un hombre joven, de cabello largo, que llevaba algo encima y tres hombres que corrían detrás de él apuntándole con una pistola. Luego nos dijeron que eran policías los que iban corriendo detrás de él», contó a la BBC Karker Karker Tahir, de 28 años.

Otro testigo, Gulled Bulhan, de 19 años, presenció el momento de los disparos en frente de una farmacia. «Estaba cruzando la calle y vi a un hombre con un machete en la mano y unas bombonas plateadas en su pecho, al que iban persiguiendo, por lo que creo que eran policías de paisano. Le dispararon. Oí tres disparos».

Un coche camuflado, perteneciente al parecer a los agentes, había tenido un accidente poco antes en las inmediaciones del lugar. Luke Black explicó a una reportera del diario The guardian como estaba con un amigo «cuando vimos a la gente corriendo y gritando. No sabíamos lo que pasaba y pensábamos que eran unos chicos. Luego vimos el cuerpo en el suelo. Nos dio miedo porque oímos rumores de que el hombre llevaba algo atado al pecho. La policía llegó inmediatamente. Había mucha tensión en el aire».