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Ni su nacionalidad iraquí, ni sus trabajos caritativos, ni el hecho de ser mujer habrían salvado de la muerte a Margaret Hasán, también británica. La cadena de TV Al Jazira hizo saber anoche que tenía en su poder desde hace varios días un vídeo en el que una mujer, que responde a las características de la secuestrada, era asesinada de un disparo a quemarropa en la cabeza. Diplomáticos británicos que examinaron la cinta afirmaron que se trata "probablemente" de Hasán.

Los responsables de Al Jazira, que decidieron no difundir la grabación, afirmaron que la víctima aparece con los ojos vendados y vestida con ropas de color naranja. Un funcionario de la Embajada del Reino Unido en Bagdad confirmó anoche "la existencia de una grabación que parece mostrar el asesinato de Margaret". "Creemos que es auténtica", añadió.

De confirmarse la noticia, Hasán se habrá convertido en la primera mujer extranjera tomada como rehén y asesinada. Su marido, el iraquí Tahsín Alí Hasán, hizo un llamamiento a sus verdugos para que le devuelvan el cuerpo "a fin de que pueda descansar en paz".

En Londres, el primer ministro, Tony Blair, se declaró "horrorizado" por la posible muerte de la cautiva, que habría recibido "un tratamiento detestable" para alguien "que dedicó muchos años de su vida a ayudar a la población de Irak", subrayó.

TRES CINTAS Hasán fue secuestrada el 19 de octubre en Bagdad, por un grupo cuya identidad nunca se ha llegado a conocer. Después de su captura, la mujer apareció en tres vídeos pidiendo a Blair que retirara las tropas. Sus reclamaciones eran similares a las de Kenneth Bigley, el rehén británico decapitado hace unas semanas. La diferencia entre ambos era que el ingeniero Bigley fue a Irak en busca de un buen sueldo. Hasán, en cambio, estaba en su casa.

Nacida en Dublín hace 59 años, con nacionalidad irlandesa y británica además de iraquí, se había convertido al islam y llevaba 30 años en el país árabe, del que conocía lengua y costumbres. Desde 1991 era la directora en Irak de la ONG CARE Internacional, que proporcionaba ayuda médica y suministro de agua potable por todo el país. La cooperante se había manifestado contra la invasión de EEUU y había advertido de la "catástrofe" que acarrearía la contienda.

ACTIVIDADES SUSPENDIDAS Durante la guerra, su trabajo se multiplicó al frente de un equipo de 60 cooperantes, la mayoría de ellos iraquís. Tras su secuestro, CARE Internacional decidió suspender todas las actividades en el país.

"Nos hemos enterado con profunda tristeza de la existencia de un vídeo, que al parecer muestra cómo nuestra colega Margaret Hasán ha sido asesinada", señaló anoche la organización en un comunicado. El dramático final ha coincidido con la ofensiva estadounidense en Faluya, en cuyas calles fue hallado el cadáver de una mujer de rasgos occidentales, aún no identificado.