La renuncia de Fidel Castro, anunciada hoy tras medio siglo en el poder en Cuba, ha despertado en la comunidad internacional la esperanza de que la isla inicie un camino de apertura y diálogo encaminado a la democracia. Muchas naciones destacan la trascendencia de la decisión de Castro, de 81 años y que ya delegó en su hermano Raúl hace 19 meses por cuestiones de salud, para un futuro de reformas en Cuba.

"Esto debe ser el comienzo de la transición democrática para el pueblo de Cuba", dijo el presidente de EEUU y gran rival de Fidel, George W. Bush, para quien ese proceso tendría que "culminar con unas elecciones libres y justas". Desde Kigali, capital de Ruanda, donde se encuentra de gira, Bush aseguró que "la comunidad internacional debería trabajar con el pueblo cubano para comenzar a construir instituciones para la democracia". Y el primer paso, según uno de los grandes rivales de Fidel, debería ser la liberación de los prisioneros políticos, que "siguen en las cárceles".

La Unión Europea (UE), a través de su Alto Representante, Javier Solana, expresó su deseo de que la renuncia de Castro permita a Cuba encaminarse hacia una transición "pacifica y rápida" que beneficie a todos los cubanos. "Toda decisión encaminada hacia un proceso de transición democrática y pacífica nos debe de alegrar", dijo el jefe de la diplomacia europea antes de emprender viaja a Kosovo.

Por su parte, la Comisión Europea reiteró su oferta de entablar un "diálogo político constructivo" encaminado a la democratización de la isla, según el portavoz del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel.

España, que llevaba "algunos meses" pendiente de la decisión de Castro, consideró que su renuncia es una noticia "de gran calado", que hay que "medir con cautela" y que puede materializar las reformas anunciadas en los últimos meses por su hermano Raúl. "Es un momento en el cual (Raúl) va a poder asumir con mayor capacidad, solidez y confianza ese proceso de reformas de los que él mismo ha hablado y que se podrían empezar a materializar", dijo la secretaria de Estado española para Iberoamérica, Trinidad Jiménez.

Francia "no puede más que desear que ese país vaya por el camino de la democracia", según el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, quien consideró que "el castrismo ha sido un símbolo de totalitarismo".

Para el presidente de la comisión multipartita sobre Cuba del Parlamento británico, Ian Gibson, la retirada de Castro, que consideró inevitable por su delicado estado de salud, puede suponer el comienzo de una nueva era en las relaciones de la isla con el mundo, aunque no prevé que se levante el embargo de EEUU. "Es el fin de una era, se le ame o se le odie, Fidel Castro ha dejado su marca en los asuntos mundiales. Creo que ha llegado a la conclusión lógica dada su edad y su estado de salud", dijo, por su parte, el líder de Liberales y Demócratas en la Eurocámara, Graham Watson. Ahora lo importante es que "todos colaboren para desarrollar a Cuba como una democracia y una comunidad más floreciente. Porque su aislamiento ha sido un problema no sólo para muchos otros países, sino en primer lugar para los propios cubanos a los que se le ha negado el derecho a desarrollarse", indicó a Efe.

Por su parte, el presidente del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo (PPE), el francés Joseph Daul, afirmó hoy que la renuncia propicia el fin de "una página oscura de la Historia". "La renuncia marcará inevitablemente el principio del fin de esta dictadura comunista, una de las últimas que queda en el mundo", afirmó Daul.

Más cauta se mostró la disidencia cubana, cuyos representantes expresaron su relativa esperanza ante los eventuales cambios que se puedan producir en Cuba. Carlos Payá declaró a Efe en Madrid, como portavoz de su hermano, el opositor Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y residente en la isla, que lo prioritario ahora es que la Asamblea del Poder Popular comience a tomar una serie de medidas para facilitar el cambio. En concreto, se refirió a cambios de las leyes para poder ejercer los "derechos de asociación y expresión", y "la celebración de elecciones libres", al tiempo que pidió la "liberación de los presos políticos pacíficos", cambios que deben conseguirse "en un ambiente de reconciliación".