Primero fue la gran sorpresa, porque nadie esperaba que el premio cayera de forma tan prematura en el presidente estadounidense, Barack Obama. Después llegaron las reacciones. Unas de apoyo incondicional, con las consabidas felicitaciones y elogios al inquilino de la Casa Blanca, y otras de fuerte rechazo y escepticismo. Los aliados europeos fueron los primeros en manifestar su apoyo a la decisión de la academia sueca, incluido el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, que dejó de manifiesto una vez más la "alta valoración y afecto" que siente hacia Obama. La cancillera alemana, Angela Merkel, destacó el "objetivo" del presidente de EEUU de "lograr un mundo libre de armas nucleares". En términos similares se manifestó al Vaticano. Y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, saludó los "esfuerzos extraordinarios" de Obama "por reforzar la diplomacia y la cooperación internacional".

La nota más discordante en Europa la puso el expresidente de Polonia Lech Walesa, que recibió en 1983 este galardón. Walesa se mostró sorprendido por la decisión del Instituto Nobel de Noruega al entender que era prematuro dar el premio a una persona "que no ha tenido tiempo de hacer nada todavía".

DUREZA DE PEREZ ESQUIVEL Más duro se mostró el también galardonado, esta vez en 1980, Adolfo Pérez Esquivel. "Tiene muy buen discurso, pero en la realidad siguen las torturas en la cárcel de Guantánamo y en las de Abú Graib y quiere instalar siete bases militares en Colombia. Sigue fortaleciendo la actitud belicista", añadió.

Ante estas opiniones salió al paso el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que pidió "respeto a la decisión y el juicio del Comité del Nobel". Ban dijo que espera "profundizar la alianza entre EEUU y la ONU de cara a lograr un mundo mejor y más seguro para todos". El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que el premio "está en buenas manos".

El presidente israelí, Shimon Peres, apuntó que "son pocos los líderes que en tan poco tiempo consiguen cambiar el estado de ánimo del mundo", mientras que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, confió en que la paz llegue a la región bajo la presidencia de Obama, "gracias a la instauración de un Estado palestino con capital en Jerusalén Este".

Más escéptico se mostró el líder de Hamás, Ismail Haniya: "Este premio será inútil si no se produce un verdadero cambio en la política de EEUU hacia los derechos del pueblo palestino". En Irán, un portavoz del presidente, Mahmud Ahmadineyad, dijo que Teherán espera de Obama "medidas concretas para poner fin a la injusticia".