Los Murdoch, el poderoso supermagnate Rupert y su hijo James, eran todo humildad y contrición cuando llegaron ayer al comité de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes de la Cámara de los Comunes. La pequeña y agobiante sala estaba repleta de periodistas y público. La sesión, retransmitida en directo por televisión a todo el mundo, debía durar una hora, pero se prolongó tres. Una comparecencia en la que los Murdoch pidieron disculpas, pero no reconocieron responsabilidades legales o morales. "Hoy es el día de mi vida en que me siento más humilde", declaró el presidente de News Corporation, a modo de preámbulo. Pero la humildad no le impidió emplear un tono combativo, dejando claro que no ha pensado en dimitir. Cuando los parlamentarios le preguntaron por si se sentía responsable del "fiasco" en que se hallaba su grupo, la respuesta fue tajante: "no". "Porque las personas en las que yo he confiado --y no voy a decir quienes-- me han traicionado son ellos quienes tienen que pagar", afirmó. Le hubiera bastado mirar a su hijo para hallar a uno de esos directivos que no han respondido a su confianza.

De la escala masiva de las escuchas en News of the World, Murdoch dijo no saber absolutamente nada. El pensaba que el caso había quedado cerrado en el año 2007, cuando fueron detenidos y condenados el reportero real, Clive Goodman y el detective privado Glenn Mulcaire. James confirmó que News International había pagado algunos de los gastos legales del proceso de Mulcaire. Los diputados sugirieron que así se intentó cerrar la boca del detective y evitar que hiciera nuevas revelaciones sobre los pinchazos. James rechazó tal conjetura y dijo haberse sentido "sorprendido" cuando lo supo.

El viejo Rupert quiso poner las cosas en perspectiva, para que los diputados entendieran que un magnate como él no puede estar pendiente de pequeñeces. "No es una excusa, quizás sea un síntoma de dejadez, pero News of the World representa menos de un 1% de nuestra compañía, empleó a 53.000 personas en todo el mundo. Son gente de la que estoy orgulloso, con ética, muy válida, en la que confío". Del pinchazo de Miller Dowler, la niña asesinada, supo, aseguró, "hace dos semanas". El cierre de News of the World se debió al escándalo y no a una estrategia comercial. "No hay planes inmediatos de abrir un dominical", afirmó James, a pesar de que no pudo evitar reconocer que la idea se había discutido.

EXTENSION A EEUU Los Murdoch están especialmente preocupados por la posibilidad de que las investigaciones de las escuchas se extiendan a Estados Unidos. El FBI está llevando unas indagaciones preliminares sobre posibles pinchazos a los teléfonos de las víctimas de los atentados del 11-S. Rupert afirmó que no hay ninguna prueba de que haya sido así. También aludió al "ambiente de histeria" que había impedido culminar la compra del canal de televisión BSkyB. "Seamos claros", dijo a modo de conclusión. "Violar la intimidad de las personas pirateando sus contestadores está mal. Pagar a policías para obtener informaciones está mal".

Mientras Murdoch hablaba, los más importantes mandos salientes de Scotland Yard comparecían en una sala continua ante el comité de Interior. Paul Stepheson el jefe máximo, que dimitió el domingo, reconoció que diez miembros del equipo de comunicación de la policía habían trabajado para News of the World. Uno de ellos fue Neil Wallis, antiguo subdirector del dominical, detenido recientemente a causa del escándalo de las escuchas. Su empleo como consultor durante un año le costó la dimisión a Stephenson y a su número dos, John Yates, que también prestó ayer declaración.

LA CAMPAÑA DE CAMERON El nombre de Wallis volverá a salir a relucir en la comparecencia de David Cameron de hoy en el Parlamento. El partido conservador admitió ayer que el detenido estuvo vinculado a la campaña de Cameron, cuando trataba de ganar las elecciones. Wallis asesoró de forma informal al entonces jefe de comunicaciones de Cameron, Andy Coulson.