Parte de las obras del muro en la frontera con México que prometió Donald Trump y que debían comenzar ayer en Arizona y Tejas tendrán que seguir esperando, al menos de momento. El viernes, en Oakland, un juez federal paralizó temporalmente los planes del presidente de EEUU, que el pasado 15 de febrero, después de que el Congreso se negara a darle todos los fondos que buscaba para el proyecto, declaró una emergencia nacional para sacar el dinero de otros programas.

Esa estrategia, precisamente, es la que el magistrado Haywood Gilliam cree inconstitucional y con esa convicción dictó un requerimiento temporal frenando las obras mientras sigue el proceso judicial. En su decisión, que ocupa 56 páginas, reprendió a la Administración por obviar la separación de poderes.

«La posición de que cuando el Congreso rechaza una petición del Ejecutivo para apropiar fondos, el Ejecutivo puede en cualquier caso encontrar formas de gastar esos fondos si el Congreso no cuadra con los principios fundamentales de separación de poderes que datan de los más tempranos días de la República», escribió el magistrado. La parte entrecomillada hace referencia a una entrevista que dio en Fox Mick Mulvaney, jefe de gabinete en funciones, que dijo que el muro se iba a construir «con o sin el Congreso».

El juez Gilliam, que fue nombrado por Barack Obama, recordó también a la Administración Trump que el Congreso tiene control «absoluto» sobre los gastos federales, «incluso cuando ese control puede frustrar deseos de la rama ejecutiva respecto a iniciativas que ve como importantes». Asimismo, subrayó que ese control «no es un fallo del sistema. Es una característica esencial del sistema». Y dejó en evidencia incongruencias en la estrategia de Trump, que para transferir fondos se agarró a una ley que permite recurrir a ellos para acontecimientos «imprevistos», algo que «lógicamente no puede cuadrarse», según el juez, con las repetidas demandas de fondos para el muro que ha hecho Trump.

La construcción del muro en una frontera de 3.200 kilómetros en la que desde los años 90 solo hay barreras físicas que cubren prácticamente una tercera parte fue justamente una de sus principales promesas como candidato pero ha topado con enormes dificultades, especialmente desde que los demócratas recuperaron en las legislativas de noviembre el control de la Cámara Baja. El choque por la asignación de fondos llevó a principios de este año a un cierre parcial de la Administración durante 35 días. Cuando se negoció en el Congreso, Trump solo obtuvo cerca de 1.400 millones de dólares y optó por declarar la emergencia para apropiarse otros 6.700.