El presidente egipcio, Mohamed Mursi, ha garantizado este miércoles que en Egipto imperará el estado de Derecho y no el Ejército ni los líderes religiosos, al tiempo que ha destacado que el futuro Parlamento será el responsable de elegir al próximo gobierno.

"Egipto está en la senda de lograr una sólida gobernabilidad y un estado de Derecho como marco de un estado civil, no un estado militar ni un estado teocrático sino un estado institucional civil", ha afirmado el mandatario egipcio, en declaraciones a la prensa durante su visita oficial a Berlín.

Preguntado sobre si está dispuesto a formar un gobierno de unidad nacional con la oposición, Mursi ha explicado que el nuevo parlamento que será elegido en los próximos tres o cuatro meses será el encargado de elegir a los miembros del nuevo gobierno.

En la reunión que han mantenido este miércoles en la capital alemana, la canciller, Angela Merkel, ha transmitido a Mursi que confía en que haya conversaciones entre todas las fuerzas políticas en Egipto para poner fin a la crisis que sufre el país norteafricano, al tiempo que ha subrayado que el Gobierno debe respetar los Derechos Humanos.

"Una cosa que es importante para nosotros es que la línea del diálogo esté siempre abierta para todas las fuerzas políticas en Egipto, que las diferentes fuerzas políticas puedan hacer sus aportaciones, que se respeten los Derechos Humanos y, desde luego, que se pueda ejercer la libertad religiosa", ha afirmado Merkel, en una rueda de prensa conjunta con el mandatario egipcio.

Sobre la libertad religiosa, el presidente egipcio ha subrayado de nuevo que nunca ha tenido nada en contra de la comunidad judía y ha recalcado que las declaraciones que realizó en 2010 contra los judíos han sido sacadas de contexto.

"Como ya he dicho antes, las declaraciones fueron sacadas de contexto. No estoy en contra de la fe judía, no estoy en contra de los judíos que practican su religión", ha explicado. "Yo hablaba sobre las prácticas y el comportamiento de los creyentes de cualquier religión que derraman sangre o atacan a personas inocentes o civiles. Ese es el comportamiento que condeno", ha argumentado.

"Soy musulmán. Soy creyente y mi religión me obliga a creer en todos los profetas, a respetar todas las religiones y a respetar el derecho de la gente a tener su propia fe", ha explicado Mursi.