El exprimer ministro y líder del movimiento reformista iraní Mirhusein Musavi reapareció ayer a través de internet para doblar la apuesta de su desafío al régimen, al que advirtió de que no cesará en su lucha por lograr las "demandas legítimas" del pueblo. "No temo ser uno de los mártires que pierde su vida en la lucha", escribió Musavi en su página web Kaleme. "Mi sangre no es diferente a la de otros mártires", añade. El texto ha aparecido dos días después de que los clérigos más radicales del régimen pidieran que los dirigentes de la oposición fueran castigados con la pena de muerte.

Es la primera vez que Musavi se manifiesta desde los violentos enfrentamientos de hace una semana en Teherán y otras ciudades entre policías y opositores, en los que murieron ocho manifestantes y más de 400 fueron detenidos, según cifras oficiales. Entre los muertos en los disturbios hubo un sobrino de Musavi.

"Quiero dejar claro que una orden de ejecución, asesinato o encarcelamiento de Musavi o Mehdi Karrubi (otro de los líderes de la oposición) no resolverá la situación", afirma el que fuera candidato reformista en los comicios del pasado mes de junio, que la oposición tildó de fraudulentos y en los que fue reelegido presidente el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. Ese fue el detonante de la actual crisis interna, que ya dura más de seis meses y que se ha convertido en la peor desde el triunfo de la Revolución islámica, en 1979.

FIN DE LA REPRESION Musavi, que en el texto exige el fin de la represión, advierte de que Irán atraviesa una "grave crisis" y compara el país con un "río revuelto" que "no se puede calmar con soluciones rápidas". El líder opositor recuerda las principales reivindicaciones de los reformistas: "Cambiar la ley electoral, un Gobierno responsable, la liberación de los presos políticos y el respeto a la libertad de prensa".

La web reformista desmiente una vez más la información que dio la agencia oficial Irna el pasado jueves en la que aseguraba que tanto Musavi como Karrubi habían huido de Teherán. "Musavi está en su casa y no ha salido de Teherán en ningún momento en los últimos días", afirma la página de internet.

La respuesta del régimen al comunicado del líder opositor no se hizo esperar. La réplica vino del sector religioso más radical. El influyente clérigo ultraconservador Ahmad Jatami (no debe confundirse con el expresidente reformista Mohamed Jatami), acusó a Musavi de "cometer los mismo errores del pasado", y negó que Irán estuviera en crisis. "Es usted Musavi el que ha creado la crisis", clamó.

Otro religioso ultra, Ahmad Yanati, fiel aliado también de Ahmadineyad y del Guía Supremo y hombre fuerte del país, el ayatolá Alí Jameneí, pidió que los líderes de la oposición, a los que tachó de "sediciosos" y "flagrantes ejemplos de corrupción en la tierra", sean llevados ante la justicia. "Hago un llamamiento a la judicatura para que acelere el proceso legal contra aquellos que han estado detrás de los recientes disturbios", dijo en el sermón de los viernes en la Universidad de Teherán.

ARRESTOS SELECTIVOS Los clérigos Jatami y Yanati forman parte del estamento religioso que exige a los líderes de la oposición que pidan disculpas por las protestas, o de lo contrario serán acusados de ser mohareb (enemigos de Dios), delito que se castiga con la pena capital.

Además de las masivas detenciones del domingo, la policía llevó a cabo otras al día siguiente, aunque más selectivas. Fueron arrestados tres asesores de Musavi y otros dos del expresidente reformista Mohamed Jatami, además de media docena de periodistas y la hermana de Shirin Ebadi, ganadora en el 2003 del Premio Nobel de la Paz.