Vida y muerte se dan la mano en las aguas del Mediterráneo. El éxodo migratorio, que lejos de remitir continua arrojando cifras de varios ceros cada semana, está construido por sobrecogedoras historias que llevan nombre propio y suceden cada día. Como la de Joy Aurora, un bebé que el viernes se empeñó en nacer apenas su madre había sido rescatada y acomodada en una embarcación de la marina italiana.

Si Joy es la vida, otros dos niños, dos hermanos rescatados por la oenegé Proactiva Open Arms también en aguas mediterráneas el viernes, son el rostro de la muerte. Así describía la escena el activista que los sacó del agua: "Lloraban desesperados cuando les rescatamos. ¡Mamá, mamá!, gritaban sin parar". Habían recorrido el camino desde Nigeria con su madre y, en el largo periplo de huida,ella había enfermado sin recibir ayuda alguna pese a sangrar constantemente por la nariz. Poco antes de embarcar en las costas de Libia, rumbo a Italina, los pequeños la vieron morir. "No había consuelo para estos niños a pesar de haber sido rescatados de la barca en la que viajaban hacinados con más de un centenar de personas", añade el activista de Proactiva Open Arms.

Constituyen solo dos ejemplos de entre miles. Solo las cifras del viernes hablan de más de 3.500 personas rescatadas en el Mediterráneo por embarcaciones militares y organizaciones humanitarias.

Los padres del bebé congolés Joy Aurora fueron socorridos por una naviera de la marina irlandesa que patrullaba la zona y, con posterioridad, fueron transferidos a la embarcación 'Bettica' de la marina italiana.El parto se llevó a cabo en la unidad médica de laembarcación, que cuenta con un médico, una comadrona y dos enfermeras. Un equipo que ya ha visto nacer a otros dos niños este verano; François Manuel, el pasado 27 de junio, y Manuela, el 5 de julio.

La familia congolesa será desembarcada en la localidad de Augusta, en el este de la isla de Sicilia.

El último balance del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en el que no se incluyen estos últimas operaciones de socorro, eleva a más de 89.000 el número de inmigrantes que han llegado a las costas italiana en lo que va de año. La ruta de Libia hacia Italia volvió a convertirse en una de las vías migratorias más importantes después del cierre de la ruta balcánica, a través de la cual los inmigrantes intentaban alcanzar el centro de Europa tras cruzar los Balcanes desde Turquía.

Las mismas fuentes cifran en más de 3.000 las personas que han perdido la vida en la travesía marítima. La última semana de mayo fue especialmente fatídica con más de 700 personas ahogadas.