En su último informe sobre Irak, la ONU presenta un panorama desolador. Acusa al Gobierno iraquí de omitir el alcance real de la violencia, así como de llevar a cabo detenciones arbitrarias. El documento, criticado por Bagdad, advierte sobre la grave crisis humanitaria que vive el país, en el que el 60% de la población está sin empleo y más de la mitad vive con menos de un dólar al día. Además, se estima que más de 4 millones de iraquís padecen carestía de alimentos.

DATOS SIN REVELAR El informe, hecho público ayer, hace un balance del primer trimestre del año. La Misión de Asistencia de la ONU en Irak (UNAIM) critica la política del Gobierno de no revelar las cifras oficiales de fallecidos. El documento asegura que "en febrero y marzo, la violencia ha causado la muerte a un gran número de civiles, incluyendo mujeres y niños".

El plan de seguridad puesto en marcha en la capital, en el que participan más de 80.000 hombres, no está dando los resultados esperados, sostiene el informe. Además, los militares han arrestado a más de 3.000 personas, a las que han privado de sus derechos básicos. El informe recuerda que en las prisiones de Irak hay más de 37.000 personas, la mayoría sin cargos o esperando que se celebre el juicio.

PROTESTA IRAQUI En un comunicado, el Ejecutivo iraquí calificó el informe de "inexacto" y "desequilibrado", y duda de la credibilidad de la UNAIM. En estas últimas semanas, tanto el alto mando de EEUU como el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, dijeron que el nuevo plan había logrado reducir la violencia en Bagdad. Sin embargo, las bombas han seguido matando a civiles en todo el país. Ayer, en la provincia de Diyala, un suicida detonó su carga en la puerta de una comisaría y mató a cuatro iraquís.

Entretanto, el Ejército estadounidense decidió modificar el tipo de muro que está levantando en el barrio suní de Azamiya. Las barreras de cemento de cuatro metros serán sustituidas por otras más bajas. Precisamente ayer, el clérigo disidente chií Moktada al Sadr, al frente de la milicia el Ejército del Mehdi, condenó la construcción del muro a lo largo de cinco kilómetros e hizo un llamamiento a sus simpatizantes para salir a la calle a protestar.