Un tribunal ruso ha condenado al líder opositor Alekséi Navalny a 30 años de prisión después de considerarle culpable de violar las leyes sobre organización de actos públicos, lo que le impedirá estar presente en una protesta contra la reforma del sistema de pensiones convocada para el próximo 9 de septiembre y que se prevé multitudinaria.

Los hechos por los que se condena al líder opositor más popular de Rusia sucedieron el pasado enero, cuando éste convocó a sus seguidores a una protesta callejera pese a la prohibición de las autoridades locales. Ante el tribunal, Navalny acusó a la justicia rusa de encarcelarle para impedir que participe en la protesta contra el incremento de la edad de jubilación, convocada para el 9 de septiembre y que se prevé multitudinaria. "Este juicio tiene como único objetivo no permitirme tomar parte en la protesta contra el incremento de la edad de jubilación; ustedes y nosotros lo sabemos", ha proclamado.

Dicha medida, anunciada por el Ejecutivo en el mismo día de la inauguración del Mundial de fútbol, ha sido acogida muy desfavorablemente por la opinión pública en Rusia. Según las encuestas, el 90% de la población rechaza una reforma que incrementará la edad de jubilación para las mujeres de 55 a 63 años y para los hombres de 60 a 65, una longevidad que un segmento importante de ciudadanos ni siquiera alcanza, de acuerdo con las estadísticas.

Caída de la popularidad de Putin

Pese a que Putin ha querido mantenerse al margen del proceso y ha sido el Gobierno, encabezado por el impopular Dmitri Medvédev, el que ha asumido la responsabilidad, la popularidad del presidente se ha resentido ostensiblemente. En julio, salió a la luz que el índice de aprobación del líder del Kremlin había caído en más de 10 puntos, del 77% al 63%, una cifra similar a la que tenía antes de la anexión de Crimea.

Los partidos no oficialistas presentes en la Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento, -comunistas, ultranacionalistas y Rusia Justa- que normalmente bendicen las iniciativas del Gobierno, se han desmarcado de la iniciativa en esta ocasión. Incluso algunos parlamentarios de Rusia Unida, la formación progubernamental, se ausentaron de la votación o votaron en contra.