No se arredra el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu. Un día después de que la Comisión Europea lanzara a su Gobierno una seria advertencia anunciando que mantendrá congelado el acuerdo para mejorar las relaciones de cooperación con Bruselas mientras eluda los compromisos de anteriores Ejecutivos israelís con el proceso de paz, Netanyahu respondió ayer desafiante. "No nos pongan condiciones", dijo en Jerusalén al primer ministro checo y presidente de turno de la UE, Mirek Topolanek. Además se refirió a la Cisjordania ocupada como "territorio en disputa" y aclaró que las colonias seguirán engordando.

Los planteamientos radicales del nuevo Gobierno derechista israelí han puesto a Bruselas en un brete. Y más después de que hace tres años impusiera sanciones a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por tener al frente un Gobierno, el de Hamás, que no reconocía a Israel ni los acuerdos previos. Las tornas han cambiado. Ahora es Israel el que rechaza la idea del Estado palestino y reniega de compromisos como el de Annápolis o el pliego de la Hoja de ruta para frenar los asentamientos.

Nadie espera que la UE rompa los lazos con el Estado judío o suspenda el acuerdo de libre comercio, pero el tono ha cambiado. "El momento no es ni mucho ni menos oportuno para mejorar las relaciones", dijo la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner.

ACUERDO ESTRATEGICO Desde la pasada guerra de Gaza, Bruselas mantiene congelado el acuerdo de cooperación, aprobado por los 27 el verano pasado. El convenio prevé un mayor acercamiento de Israel a Europa por medio de cumbres periódicas y su participación en agencias y programas comunitarios. Y no es un tema baladí. Al 75% de los judíos israelís, según una encuesta, les gustaría integrarse en la UE.

Ferrero puso condiciones al deshielo: un "compromiso claro" del nuevo Gobierno para negociar con los palestinos y el "cese de todas las actividades que socavan el objetivo de dos estados", incluida la expansión de las colonias, "que crecen día a día". La postura de Bruselas parece firme. No hace mucho canceló la cumbre prevista para junio entre Netanyahu y los líderes europeos.

El dirigente israelí no parece, sin embargo, muy impresionado, a pesar de que Europa es el principal mercado de sus exportaciones. "No nos pongan condiciones. La paz interesa a Israel tanto como a Europa y no hay necesidad de condicionar la mejora de las relaciones al progreso del proceso de paz".